Muchas estampas de pasión
Nada es normal en una Liga de futbol cuando apenas se ha completado la jornada número dos... ni las dos derrotas (de visitantes conviene aclarar) de los Rayados del Monterrey... Ni los dos empates del Cruz Azul cuando hicieron méritos para quedarse con el triunfo... Ni los triunfos consecutivos de los Pumas o de los Rojinegros del Atlas.
Nada es normal después de dos fechas. Pero si esta tendencia se mantiene una jornada más puede que esto se vuelva una tendencia y dependiendo de si ésta es positiva o negativa se actuará en consecuencia.
Es la Liga BBVA una competición que se carga de tensión cada torneo más temprano. Todos quieren ganar, nadie quiere perder.
El arrebato de egos entre Tomás Boy y el francés André-Pierre Gignac, quienes se insultaron durante el segundo tiempo del juego que enfrentó a las Chivas con los Tigres anoche es una estampa que representa con exactitud esto.
Es verdad que ambos personajes tienen una forma de ser en la cancha proclive a la soberbia, pero anoche es más que evidente que sus diferencias aparecieron a partir de la durísima batalla que estaban sosteniendo los dirigidos de uno y los compañeros del otro.
Ojalá que esta extraordinaria línea de tensión que hemos vivido en el arranque del torneo sí sea algo normal y se sostenga en lo que resta del campeonato.
Las Chivas demostraron que con coraje y determinación pudieron salir por fin de una pésima racha de malos resultados, igualando con esos valores las extraordinarias habilidades de los estelares del equipo campeón del futbol mexicano.
Que sea un torneo parejo, que no se lo termine devorando ningún club como sí sucedió con el León en el torneo que finalmente ganaron los Tigres.
Esperaremos un poquito más para enlistar favoritos pero que agradable que mientras los gigantes están dormidos los medianos intenten crecer y apuntarse con ilusión en calidad de reales desafiantes.
Que sea un torneo parejo, que no se lo termine devorando ningún club como pasó con el León