Revista de la Universidad dedica este número a los lenguajes
Cuando se menciona la palabra “lenguaje”, suele venir a nuestra mente una construcción más que sonora, llenadesignificadosydeconceptos provenientes de algo no solo audible, sino incluso visible cuando se convierte en escritura: una manera de entender al mundo, más allá de la comprensión que el colectivo pueda tener de ese lenguaje.
Pero hay mucho más detrás de esa acepción, entendida como una forma de comunicación que va lo mismoalconscientequealinconsciente; que se anida en el cerebro o entre las emociones del ser humano, y eso es lo que nos ofrece el número de julio-agosto de la Revista de la Universidad de México, bajo el tema de “Lenguajes”.
Acercamientos distintos. Lo mismo desde una perspectiva neurológica, más que artística, sensorial si se quiere, que se encuentra en un poema o en el párrafo de una novela, en la sonoridad de una ópera o de la música de concierto, en el lenguaje de las abejas e, incluso, en la forma de comunicación que surge de los gestos, posturas y movimientos, las más de las veces realizados de manera inconsciente.
Dirigida por Guadalupe Nettel, este número de la Revista de la Universidad de México no solo está dedicado a los lenguajes humanos, sino a otros códigos de comunicación: así, encontramos el diálogo con los cetáceos de Ariel Guzik; un ensayo de la musicóloga Jazmín Rincón, una novela gráfica de Chiara Carrer y hasta uno de Jorge Comensal alrededor de la danza de las abejas.
Sin olvidar los espacios ya tradicionales de la publicación —Arte, Panóptico o Crítica— el dosier preparado alrededor de “Lenguajes” permite una aproximación dediferentescaminosaltema,bajo la guía también de Ulises Carrión, Fabio Morábito, Jazmina Barrera, Verónica Gerber y hasta un poema de T. S. Elliot, Ponerle un nombre a un gato: “Ponerle un Nombre a un Gato es complicado, / no es un simple juego para pasar el rato; / tal vez podrás pensar que yo estoy bien pirado / por decir que TRES NOMBRES debe tener un gato”.
Perspectivas que se dejan guiar por una reflexión de Guadalupe Nettel: “adquirir nuevos lenguajes vuelve más preciso y poderoso nuestro pensamiento”.