Justicia cívica y seguridad
Lasociedadmexicanaestádesgastadaporla intensa exposición y vulnerabilidad ante eldelito,ymuydesesperanzadaporlapalpableycotidianaimpunidad.Estamosávidosdecasos exitosos y de sistemas de seguridad y justicia orientados a resultados. A pesar de las críticas a su diseño y conformación, los mexicanos tenemos la esperanza de que la Guardia Nacional logre llevar a los estados aportes y avances en inteligencia policíal y militar, que orienten el patrullaje estratégico y gopes de precisión que reduzcan la capacidad de operación y generación de violencia de los grupos criminales.
Al lado de esta iniciativa, se ha abierto paso un modeloesperanzadorquebuscaconstruirlapazylaseguridadensentidocontrario:deabajohaciaarriba.Enestas semanas se ha dado a conocer el Modelo Nacional de Policía y Justicia Cívica, y en Jalisco, Tonalá -hace dos días- ha adoptado el modelo homologado de justicia cívica (en cuya adopción se trabaja también en Guadalajara y otros municipios del área metropolitana). El nuevo modelo de justicia cívica propone pasar de ser un esquema de reacción, sancionador y hasta recaudatorio; a un poderoso instrumento social para construir paz, transparentar la justicia, construir capital social, mejorar la calidad de vida de las personas y reducir la violencia.
En primer lugar, los jueces cívicos son capacitados y certificados para que cuenten con las competencias deconduccióndeaudienciaspúblicas,estabilizarycanalizar los conflictos vecinales a una solución a través de mecanismos alternativos de solución de controversias (realizada por mediadores certificados). Además, las infracciones no sólo recibiran como sanción multa, sino que, para contribuir a la sociedad, se tendrá laposibilidaddequelosinfractores realicen trabajos en beneficio de la comunidad. Esto implica que se tenga el andamiaje organizacional en los municipios para desarrollar el potencial benéfico de estos trabajos.
Esta nueva Justicia Cívica además de atender las infracciones administrativas y resolver conflictos vecinales, también detecta vulnerabilidades y actúa en consecuencia para atender la problemática de fondo, evitando que escalen en niveles de violencia y previniendo futuros conflictos. Así por ejemplo, si se detecta un problema jurídico que desata los conflictos (régimen condominal, bienes intestados) se tendrá expedito un centro de mediación acreditado. Así mismo, se canalizará a los usuarios para que reciban atención sicológica, deshabituación a adicciones, así como apoyo en la búsqueda de trabajo. También el modelo reduce la violencia no solo por resolver conflictos y evitar que escalen en niveles de agresión, sino porque permiten darle seguimiento a focos rojos en materia deseguridad.Estudiossobrelasvíctimasdehomicidio muestran que la gran mayoría de éstas habían participado en conflictos ventilados ante la justicia cívica (en Morelia en 2018: 84%; y en León, Guanajuato ¡100%!). Estaasociaciónpuedereducirseporlaadecuadaatención ya descrita, como por el seguimiento de los conflictos y brindar, en su caso, medidas de protección.
Este modelo ya es una realidad en Morelia, Michoacán y Escobedo, Nuevo León, y municipios como León,GuanajuatoyTonalá,estánsiguiendosuspasos. Esperemos tener pronto la evidencia de éxito que alimente la esperanza de recuperar la paz en nuestra comunidad y la tranquilidad para nuestras familias.
Se ha abierto paso un modelo esperanzador que busca construir la paz y la seguridad de abajo hacia arriba