Banco del Bienestar: difícil pero complejo
Es imposible que el Banco de Bienestar compita con la banca comercial y se convierta en una institución con miles de puntos de contacto para poder atender a la población”, me decía días atrás un banquero con más de cuatro décadas en el sector financiero y con experiencia en varias instituciones dentro y fuera de México.
El 19 de julio, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) publicó en el Diario Oficial de la Federación el decreto que cambió al Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros (Bansefi) por el Banco del Bienestar. En realidad son la misma institución, con distinto nombre.
El mandato primordial es la distribución de los programas sociales del gobierno a los más de 20 millones de beneficiarios. Pero promete más: envío y recepción de remesas y planes de inclusión financiera para población en zonas rurales y aisladas de servicios financieros.
¿Podrá? Si bien la SHCP —según reza en el mismo decreto— “proveerá los recursos necesarios para la modernización del Banco del Bienestar”, el proyecto es casi titánico.
Hoy, los programas de Bienestar se cobran en sucursales de cinco bancos comerciales (Banorte, BBVA, CitiBanamex, Afirme y Banco Azteca). En total estas entidades suman unas 5 mil 500 sucursales en todo el país. Las de Bansefi no llegan a 900.
¿Cuánto cuesta pasar de 900 a 5 mil 500? Pensemos en que no se construirá infraestructura física (sucursales) sino que se instalará un cajero automático por cada banco. Con un costo promedio de 35 mil dólares cada uno, lograr llegar a este volumen de terminales de punto de venta costarían 161 mdd. Pero esto siempre y cuando exista lo más importante: una red de telecomunicaciones robusta que permita poder transaccionar.
Si pensamos que hay que llegar a zonas actualmente aisladas, son espacios a los que las empresas de TI no han querido invertir porque no hay retorno. ¿Se combinará el plan de Internet para Todos de CFE Telecomunicaciones con Banco Bienestar? Tampoco está claro y hasta ahora se han anunciado como dos proyectos en paralelo que no se sabe si tendrán una intersección en común.
Pero pensemos que sí; aún falta invertir en lo más caro que hay detrás de cualquier institución bancaria: el back office, los servidores centrales que permiten atender a una red de puntos de contacto del tamaño de los principales jugadores del sector financiero comercial. Y, sin dudas, el talento, las personas capacitadas para operar este enjambre de conectividad monetaria.
Hasta marzo de este año, Bansefi (de solo 18 años) era el banco más pequeño dentro de la banca de desarrollo con activos por poco más de 48 mil mdp, lo que representaba a 2.35% del total del sector. “Hacer el Banco del Bienestar que quiere el gobierno es una tarea inmensa y dudo que ocurra pronto. Además, queriendo reemplazar a la banca comercial no va a ser el éxito que creen. Tiene que ser un complemento no competencia”, agrega mi fuente.
Aún falta invertir en lo más caro que hay detrás de cualquier institución bancaria: el back office