Vigorexia, riesgo para la salud
La práctica de ejercicio físico para mejorar la estética y no con el objetivo de mejorar la salud es un hábito que se está extendiendo entre los hombres y que está llevando a la aparición de trastornos psicológicos caracterizado por una obsesión enfermiza por desarrollar masa muscular, lo que hace que la persona se vea afectada en su entorno psico-social con repercusiones en la salud.
Los individuos con adicción al ejercicio tienden a no tomarse días de descanso, haciendo ejercicio voluntariamente por lo menos una vez o más al día, a pesar de lesiones o molestias. Son compulsivos sobre la práctica de ejercicio y experimentan síntomas físicos y psicológicos de anbstinensia cuando no lo pueden hacer.
“En los últimos años se ha producido un espectacular incremento en el número de personas que acuden a los gimnasios con el fin de realizar programas de entrenamiento muscular. Este fenómeno ha sido atribuido a la presión social
por mantener un cuerpo armonioso y desarrollado muscularmente, siguiendo modelos de belleza específicos. Son pocos los trabajos científicos que han buscado analizar los factores motivacionales que llevan a los sujetos a desarrollar este tipo de adicción a la actividad física”, comenta Carlos Gutiérrez Castro en su monografía sobre la adicción al ejercicio.
Lo preocupante del asunto es que muchas personas consideran aceptables los riesgos asociados al entrenamiento intensivo, los trastornos alimentarios como la anorexia, la bulimia y más recientemente la vigorexia, que están creciendo alarmantemente, de hecho los especialistas señalan esta práctica como una actividad de riesgo.
Los síntomas de las personas que sufren de dismorfia muscular son muy evidentes aunque no los acepten, quienes la padecen tienen tal obsesión por verse musculosos que se miran constantemente en el espejo y se ven delgados, los que les lleva a invertir mucho tiempo en los gimnasios para aumentar su musculatura. Se pesan varias veces al día y hacen comparaciones con otros compañeros de gimnasio. La enfermedad va derivando en un cuadro obsesivo compulsivo que hace que se sientan fracasados, descuidan sus actividades productivas y se encierren en gimnasios día y noche. También siguen dietas rigurosas bajas en grasas y ricas en hidratos de carbono y proteínas para aumentar la masa muscular y tienen más riesgo de abusar de sustancias como hormonas y anabolizantes esteroides.
Estos trastornos derivados de la excesiva preocupación por el cuerpo se están convirtiendo en una verdadera epidemia. Desear una imagen perfecta no implica padecer una enfermedad mental, pero sí aumenta las posibilidades de que aparezca.
Los individuos con adicción al ejercicio tienden a no tomarse días de descanso