Las promesas de inversión y la economía real
El Presidente se reúne una y otra vez con inversionistas, mexicanos y extranjeros (anteayer con Goldman Sachs), y de todas esas reuniones salen mensajes de confianza en México, promesas de inversión, señales de acuerdo y compromisos mutuos.
Lo que sucede en los hechos es todo lo contrario: des inversión, desconfianza, incertidumbre.Ante ayer el In egi anunció que
la inversión productiva cayó 6.9 por ciento en mayo, luego de haber caído -3 por ciento en abril, -5.7 en marzo y -2.6 en febrero.
La explicación de esto se antoja muy sencilla: los inversionistas le dicen una cosa al Presidente y hacen otra con su dinero, de hecho, la contraria.
¿Por qué? Daniel Cancel, reportero de Bloomberg, entrevistó, bajo promesa de anonimato, a seis altos directivos de importantes compañías radicadas en México.
La frase que más escuchó fue: “Todo el mundo está paralizado”
“Esta fue la sencilla respuesta que me dieron sobre la forma en que los empresarios lidian con su nuevo Presidente”, y sobre la “dificultad de navegar con los pronunciamientos abruptos y las políticas izquierdistas del mandatario”.
Una de las palabras socorridas para describirel estilo personal de gobernar del Presidente fue :“errático ”.
Los entrevistados simpatizan, dice Cancel, con las medidas de austeridad presupuestal del Presidente y sus posturas contra la corrupción.
El gran problema viene cuando se cambianosecancelaninopinadamenteproyectosdeinversiónocontratosyafirmados,de modo que el mundo empresarial vive en la incertidumbre, atado a las mañaneras en buscadeindiciossobrecuálramadelosnegocios recibirá la siguiente zarandeada.
“Conesetelóndefondo”,dicenlosentrevistados de Cancel, “no puede haber confianza y nadie está invirtiendo. Muchos ven ya el inicio de una tendencia económica descendente donde lo único que se debate es el ritmo de la caída” (https://bloom.bg/2YSMWD3).
Pienso que les iría mejor a los dos actores de este enredo, si se dijeran lo que realmente están pensando hacer, de manera que los inversionistas tuvieran claras las intenciones del Presidente y el Presidente claras las verdaderas expectativas de inversión que puede esperar para el país.
Quizá la verdad incómoda podría arreglar más cosas entre ellos que la cordialidad insustancial.
El problema viene cuando cambian o cancelan proyectos