¡Orgifiestas en Los Pinos!
En una entrevista sin duda ilustrativa que te devuelve la fe en las instituciones, el señor Roberto Palazuelos —el falso Luis Miguel y sin duda el mirrey por excelencia, fifí profesional por donde se le vea— contó que a lo largo de tres sexenios, dada su amistad con los juniors de los presidentes en turno desde los tiempos de Miguel de la Madrid hasta Carlos Salinas, hizo de Los Pinos una especie de congal para springbrakers mamalones. Así como para liberarse del
estrés después de la denodada lucha contra la pobreza que encontró sus momentos más lúcidos y sensibles, según ha explicado el Coneval, en los sexenios de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña. Claro, con una pequeña ayuda de Chayito Robles que regresó al Reclusorio Sur para decir que es más pura que la virgen de la Macarena, por eso venía debidamente ataviada con ropajes níveos, inmaculados, simbolizando la pureza que todos le reconocemos, pues gracias a su estancia en la Sedesol, después de millones y millones de pesos (5 mil están bailando, dicen la Fiscalía, el SAT y la Auditoría Superior de la Federación, más lo que se acumule esta semana) sabiamente invertidos, tanto que se rompieron récords en la producción de pobres.
Ojalá nunca haya invitado a esos pantagruélicos y fresones ágapes a los ex secretarios de Salud que ahora están instalados en la cadena de oración por el Seguro Popular, como si fuera el Obama Care. Por más que les explican que no es que los derechohabientes no serán abandonados para que se los chupe la bruja, siguen jugando a la neymariña.
Como quiera que sea, según la narrativa del señor Payazuelos con Gustavo Adolfo Infante, lo que vine siendo la casa presidencial, a la que se le solía rendir un culto rayano en la cursilería, era en realidad un espacio para el reventón como en Colegio de Animales, de James Belushi para los baby boomers, o Zac Efron en Buenos vecinos para los millennials, o al estilo de Alfonso Zayas en Los mantenidos también lloran. Y a costillas del Estado Mayor Presidencial, que es lo más padre; gran despachan gas de rompe yrasg apagada sporl os contribuyentes para que estos juniorzazos se la pasaran de pocas tuercas.
A lo mejor la intención de estos jóvenes valores Bacardí era totalmente iconoclasta y lo que pretendían era desacralizar al Tótem y tabú de Los Pinos, practicando el sano deporte de la orgifiesta.
Al final, Chayito Robles “a dar la cara” como si nosotros tuviéramos la culpa.
Según el señor Payazuelos, la casa presidencial, era un espacio para el reventón