Encrucijadas sonoras
Quiero comenzar este texto planteando una pregunta: ¿Es pertinente hablar hoy en día de Música Postmoderna? Antes de dar una respuesta convincente habría que reflexionar en el hecho de que este término llega tarde a la música con respecto a las otras artes, sabiendo que desde la década de los sesenta ya aplicaba en la arquitectura, mientras que el teórico y escritor de origen egipcio Ihab Hassan (1925-2015) argumenta este término en torno a la literatura, y de ahí se propaga con mayor efervescencia hacia el ámbito cultural. En cambio, para la música tendríamos que esperar un tiempo razonable con el fin de poder ingresar y formar parte del inventario postmoderno que ya en su momento algunos musicólogos deciden marcar su inserción como ente sonoro a partir de la década de los noventa, vaticinando el nuevo milenio.
Desarrollar el tema de la música postmoderna obliga necesariamente a entrar en la disyuntiva de sus múltiples vertientes. En su dimensión estética como en su principio filosófico nos conduce por un laberinto donde vamos encontrando y descubriendo actitudes y posicionamientos que, por fortuna, han venido a enriquecer el paisaje sonoro en la transición al Siglo XXI. Variables y contrastantes resultan las modalidades de concebir y componer música en tiempos actuales. En principio habrá que decir lo que no es, y la música postmoderna no es un estilo, es un concepto, y en consecuencia una actitud de pensamiento( filosófico, si elevamos el té mi no) ante la realidad: “algo inevitable ante el actual clima cultural de fragmentación” (David Beard). También hay que añadir que el filósofo Theodor Adorno (1903-1969) ya había anticipado en un escrito fechado en 1938 la disolución de un conjunto de valores culturalmente dominante. Pero es justo decir que corremos el riesgo de caer en el dédalo de incertidumbres si queremos agotar una explicación clara y concisa, sabiendo de antemano que los postmodernistas ya de por sí cuestionan las definiciones y categorías terminantes de las disciplinas artísticas y académicas, las cuales consideran como residuo o remamente de la modernidad.
Vuelvo entonces a la pregunta inicial mi escrito: ¿Es pertinente hablar hoy en día de Música Postmoderna? Mi respuesta es sí, aceptando y considerando esta posición filosófica y estética como producto de la globaliza ció ns obre la des articulación de las estructuras, dando cabida a contenido smul ti culturales, evitandoasí formas totalizado ras. Todos confluyen en un caleidoscopio donde ala vez cada compositor diseña y plantea su proceso creativo sin un método absoluto; el resultado final es un híbrido sonoro.
La pregunta inicial: ¿Es pertinente hablar hoy en día de Música Postmoderna? Mi respuesta es sí