Esclavos del trabajo
Desdelarevoluciónindustrialhastaelpresente, el de la era digital, nos volvimos esclavos del trabajo. El materialismo domina a la espiritualidad, de manera que se trabaja arduamente para cubrir las necesidades de la cultura consumista en la que estamos inmersos.
Elestréslaboraleslacausaprincipaldeenfermedades, en las grandes ciudades los obreros pierden horas para trasladarse al lugar de trabajo, laboran bajo presión, regularmente con bajos salarios.
De acuerdo con el Inegi de los 15 millones 500 mil jóvenes que tienen empleo en México, 80 por ciento no perciben el salario suficiente para mantener a una familia y el 50 por ciento carece de seguridad social. Las condiciones de trabajo para los jóvenes se ubican entre las peores de OCDE.
En cuanto al perfil de los que trabajan, un sector se conforma con tener un salario, prestaciones y antigüedad para una pensión. En el otro grupo predomina el trabajo como búsqueda de eficacia, deseo de crecimiento económico y necesidad de reconocimiento. Los empresarios, no se conforman con un salario, corren el riesgo para cumplir sus objetivos y emprenden su sueño. El emprendedor, no necesita estudios universitarios, van aprendiendo en la práctica, se rodean deunbuenequipodeespecialistasendiferentesáreas.
Las historias de los grandes empresarios son una lucha de esfuerzo y deseos de superación, emprenden con una idea de negocio revolucionaria, innovadora, cuentan con ADN especial: ambición, perseverancia, sentido común y humildad para reconocer las fallas, no todo es perfecto.Elnarcisista,elquese siente perfecto, no revisa sus errores, pierde el negocio o no crece. Para que una empresa se vuelva líder se necesita, una ideainnovadora,unejemploes Mark Zuckerberg, un buen programador que tomó la idea de sus compañeros en Harvard, al ver el negocio, se apropió de la idea, hoy se considera el creador y fundador de Facebook, es uno de los hombres más ricos del mundo.
No podemos negar que el consumismo se volvió una dictadura y todos de una u otra manera estamos atrapados en sus redes, ya no se trabaja para vivir, sino para comprar. El trabajo ya no se relaciona con la naturaleza, la granjita sustentable de las otras generaciones. La mayoría trabaja como esclavo, produciendo, racionalizando mentalmente, conectados y sometidos a la lógica de las máquinas y las computadoras.
Por el incremento del trabajo productivo se agotan los recursos no renovables de la naturaleza. Lo vimos en San Gabriel, el desbordamiento del río que inundó al pueblo por la irresponsabilidad de los que han comprado las tierras para sembrar aguacate.
Nos quieren vender la idea que la inteligencia artificial será una maravilla. No olvidemos que somos el mamífero que evolucionó dentro de la especie, somos racionales y espirituales, nos emocionarnos con el amor, la empatía, la capacidad de tomar decisiones y llorar ante las pérdidas.
Es tan poco el disfrute de la vida, vale la pena reflexionar, dividir el tiempo: para dormir, aprovechar el tiempo libre y el placer de la intimidad con la pareja. Tomemos conciencia, podemos disfrutar los alimentos, construir el mundo a partir de lazos afectivos y responsabilizarnos por los problemas que aquejan a nuestro país y al mundo. La felicidad no tiene mucho costo.
Es tan poco el disfrute de la vida, vale la pena reflexionar (...) la felicidad no tiene costo