Milenio Jalisco

“Temo a la muerte y quizá por eso quiero vivir 150 años”

Director general de Grupo Alcis, de la cadena funeraria J. García López, asegura que un embalsamie­nto no lo asusta, pero algunos decesos que salen de lo natural sí suelen afectarlo; además destaca el respeto que irradian las personas sin vida

- CRISTINA OCHOA

“No soy hombre de deportes; mi esposa se ríe porque huyo de las pelotas”

No hay expresión artística o de cualquier tipo que escape a la muerte como tema rector de un discurso; Gustav Mahler incluso le dedicó composicio­nes a ésta. Y es quizá su presencia tácita en el propio concepto de lo que significa la vida que se desenvuelv­e de manera natural en todos los seres humanos. Esa relación simbiótica fue que la que permeó desde muy temprana edad en la vida de Óscar Padilla, el actual director general de Grupo Alcis, el holding mexicano del que forma parte la cadena funeraria J. García López.

“Yo estuve muy cercano al dolor y la muerte desde muy joven, porque cuando tenía 15 años mi mamá enfermó de un tumor cerebral y justo cuando cumplí 18 años ella falleció; yo creo que esa parte me hizo tomar verdadera conciencia sobre el tema. El dolor de las personas cuando pierden a un ser querido no puede ser lejano a quien le preste los servicios funerarios. Lo de mi mamá fue algo que me marcó y que finalmente me hizo comprender a lo que se dedicaba la familia de mi novia”, relató.

Fue en 1985 que Óscar conoció a la familia García Bravo, conformada por los padres y tres hijas, y la fundadora de la empresa con el primer horno crematorio que se instaló fuera de un panteón en el país.

“En la vida nada es circunstan­cial, todo está perfectame­nte cuadrado. Todo está en el lugar que debe estar siempre. En la industria de consumo, que era donde yo estaba, mis primeros clientes eran solo de las funerarias; no habían cafeterías, por lo que metía mis máquinas de servir bebidas ahí”, comentó.

¿Hay alguna muerte que te haya impactado?

Un papá que tomó la determinac­ión de quitarse la vida; los hijos estaban sentados en una escalera y preguntaba­n por qué había pasado todo eso. Es muy triste porque ves el sentimient­o de las personas que se quedan. Lo que te pega es ese sentimient­o. Uno nunca está preparado para perder a un ser querido, pero cuando ves otras situacione­s que salen de lo “natural”, impacta muchísimo.

¿Qué fue lo más difícil de entrar en este negocio?

Me costó trabajo en el sentido de empatizar con las familias y cómo se comerciali­zaban y ofrecían los productos, pero al mismo tiempo, cuando tú tienes una esencia y una vocación de servicio hacia la gente, aprendes a adaptarte. Mi especialid­ad es el tema de mercadotec­nia y publicidad; siempre estoy metido en los comités de comunicaci­ón, me invitan mucho a dar conferenci­as para jóvenes; creo mucho en la juventud y en lo que tenemos que aportarles.

“Tenemos una gran tarea los que ya estamos ejerciendo nuestras carreras, tenemos que regresarle consejos valiosos a la juventud y que nos permitan brindarles oportunida­des de trabajo”. ¿Te da miedo morir?

Por supuesto. Me da miedo dejar de hacer las cosas que quiero hacer, a dejar de disfrutar la vida, a no ver a mis nietos. Es el miedo a dejar de hacer cosas, quisiera vivir 150 años.

¿El grupo siempre va a ser una empresa familiar?

No sé qué va a pasar porque lo que sí nos queda claro es que las siguientes generacion­es tendrán que tomar su decisión de qué es lo que quieren hacer. Los tiempos en los que se repetía la profesión familiar ya se acabaron. Afortunada­mente tenemos la estructura suficiente­mente sólida como para poder seguir trabajando y si las futuras generacion­es no quieren estar al frente, tendrán el director general adecuado.

“Hoy estamos formando siempre gente, tenemos también una vocación en ese sentido. Somos una empresa justa que siempre va a cuidar la economía, la dignidad, que siempre estamos cerca de las familias”, aseguró.

¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre’

Me fascina cocinar y estar con mi familia, compartir académicam­ente. No soy un hombre de deportes, mi mujer se ríe porque veo las pelotas y huyo; vemos muchas series de televisión, viajamos bastante. Pero casi mi modelo estructura­do es de trabajo porque aunque esté con mi familia siempre estoy trabajando y esto es la naturaleza de los seres humanos. Mi pasatiempo favorito es la familia, cocinar y viajar.

¿Tienes alguna serie o película favoritas?

Una de mis series favoritas es la de Merlí. De películas me gustaron mucho The Green Book (El libro verde) y Little boy.

¿Cómo fue la primera vez que viste un embalsamie­nto?

La primera vez que tuve que pasar el proceso de embalsamad­o fue muy entretenid­o porque ni siquiera me tocó a mí. Mi primer acercamien­to fue durante mis estudios en la carrera de derecho, en la materia de Derecho Penal, a través del servicio médico y me tocó ver necropsias de bebés. Nunca fue algo que me impactó, lo veía siempre con mucho respeto a la dignidad de las personas y como una labor que se hacía de forma muy profesiona­l.

“Muchas de las cosas que se pueden decir sobre esos procesos son realmente mitos, porque son igual de seres humanos que quienes está haciendo el trabajo”.

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OCTAVIO HOYOS “Me fascina cocinar y disfruto mucho estar con mi familia”.
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¿Serie o películas favoritas? La serie de Merlí y la película Little boy.

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