Autonomía, principio en riesgo
El 2020 será un año muy complejo para la educación superior en México. El panorama presupuestal es sombrío sobre todo en materia de fondos extraordinarios, mismos que han sido reducidos o de plano eliminados, limitando el crecimiento y desarrollo de las universidades. A ello se suma la reciente tendencia y narrativa en contra de la autonomía universitaria.
Al menos ocho legislaturas locales tienen iniciativas de ley para modificar, unilateralmente, las leyes orgánicas de sus universidades públicas para tener más control sobre éstas y, en algunos casos, designar a sus autoridades.
El caldo de cultivo es muy propicio y la coyuntura no favorece a las universidades, pero el debate es el equivocado.
La autonomía universitaria no es exclusiva de México ni de América Latina, sino un principio universal característico de las sociedades democráticas.Como lo afirma
The Global Forum on Academic Freedom, Institutional Autonomy, and the Future of Democracy: las universidades, además de sus funciones académicas, también son una voz crítica en la sociedad y en la política. Por ello precisamente se les garantiza autonomía.
La generación de conocimiento y el debate libre de las ideas,solo pueden darse con independencia de controles y presiones políticas.
También y desde luego, hay un consenso global de que la autonomía debe ejercerse con responsabilidad, transparencia y eficiencia. Los problemas estructurales y los malos manejos que han sufrido algunas instituciones educativas no se solucionan destruyendo uno de sus principios universales, sino profundizando los mecanismos de rendición de cuentas y fortaleciendo el estado de derecho en México.
Uno de los errores más relevantes en política pública es tratar de resolver -aparentementeun problema de corto plazo, pero generando uno mucho mayor en el mediano y largo plazo.
El tema no es menor, coartar la libertad académica y autonomía universitaria es coartar el avance democrático.
Las universidades enfrentan grandes retos en este Siglo, entre ellos fortalecer una autonomía que, como afirma Manuel Castells, “demuestre día a día la manera en que sirve a la sociedad”.
La autonomía debe ejercerse con responsabilidad