Y Álvarez lo tacha de «folclórica»
En un coloquio organizado por la Fundación Libertad, la portavoz del PP en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, se reafirmó ayer en sus declaraciones contra el vicepresidente Pablo Iglesias sobre su «padre terrorista» y además le afeó que la amenazase «con los abogados, como hacen las folclóricas», y no le auguró recorrido a esa vía judicial. formación a la que votan muchos españoles», afirmó– , y los Jordis –Sànchez y Cuixart, condenados por sedición–, que, en su opinión, son unos «demócratas».
Las tensiones entre fuerzas parlamentarias se arrastraban ya desde hace días pero aumentaron peligrosamente el miércoles en el Pleno del Congreso cuando la portavoz del PP, Cayetana Álvarez de Toledo,yelpropioIglesiasseenzarzaron en un bronco cara a cara plagadodeimproperios,acusacionesy desprecios, que culminó cuando la diputada popular –«la marquesa», en palabras de Iglesias– se refirió al vicepresidente como «el hijo de un terrorista» heredero de la «aristocracia del crimen político».
Veinticuatro horas después, el líder de Podemos ampliaba la onda expansivaretomandounargumento esbozado el día anterior cuando culpó al PP de pretender promover la «insubordinación» de la Guardia Civil por exigir explicaciones por el descabezamiento de toda la cúpula del Instituto Armado.
En opinión del vicepresidente segundo, la derecha y la ultraderecha se han fundido en un solo cuerpoquecaminahacialainvolucióny pone en riesgo la democracia. Por eso no dudó en disparar a quemarropa contra Vox, un partido al que legustaría,afirmó,«darungolpede Estado pero no se atreve».
El compás lo están marcando aquellos que confunden su verdad con su venganza
Decir «soy español» entre españoles puede ser de nuevo un arma arrojadiza. Propensos al revival, hemos vuelto a exigir que cada mujer, cada hombre, demuestre lo que es izando el patriotismo por fuera de la piel. Que se vea. Que muestre orgullo. Sólo si pasas esa prueba serás un ciudadano fiable, de los que asoman cuando hace falta. Un español de pura cepa. Ahora estamos en temporada.
Es la vieja mecánica del fanático: calcular a ojo quién merece el jubileo terruñero. Ningún individuo debe alojar un gramo de duda, menos aún contagiarla. Serás un español dudoso, un enemigo, si te desinteresas de las dos Españas. Porque son las que ves. La suya y la nuestra.
Nos espanta la vigilancia masiva de las grandes corporaciones. La adquisición fraudulenta de datos privados para mercadear con nuestros deseos o fragilidades. Desconfiamos de los móviles que apuntan a la jeta. Pero aceptamos un control mucho más lesivo con el que se convive sin el recelo necesario: el de ese conocido que pide hoja de servicio y rendimiento en asuntos de compromiso. De lealtad. Serás más o menos español en función de los decibelios de tu último comentario. También por tu manera de disentir. Si enumeras los derrapes del gobierno en esta crisis, su torpeza, su ceguera al pactar con Bildu y las cabriolas sin porqué, serás facha para una sección de la izquierda. Si, por el contrario, rechazas la berrea de la derecha y la extrema derecha (tan armonizadas) y denuncias su discurso rasante y esa política de bidón de gasolina, serás un rojo sulfuroso de los que barrenan España. El compás lo están marcando aquellos que confunden su verdad con su venganza y a la vez que hacen recuento van exigiendo bronca, hostias, fiesta.
Es posible ser español y rechazar este paisaje social macilento. Ser español y no tensar el solomillo con los himnos. Ser español a la contra. Rechazar la idea de reconquista nacional. Me temo que soy español sin darme cuenta, quizá la forma más ecológica y biodegradable de serlo. Entusiasta unas veces. Avergonzado otras. Extraño también por la historia de inculparnos mutuamente repitiendo la indigencia de la Historia. El ambiente es irrespirable. Las viejas monsergas de la cultura de raza vuelven a prender y si no tienes bando estarás náufrago perdido en un momento en que no se acepta gente sin el odio a la vista. Cada ciudadano debe estar balizado y con crotal. Las cámaras de seguridad son los otros.