Lo que el covid-19 no se llevó
Europa estaba aterrada porque veía cómo su sistema de salud se colapsaba con el virus. Pero en México, el sistema de salud estaba colapsado desde hacía mucho tiempo. Aquí, con o sin virus, no se vería mucho la diferencia entre la llegada del mortal bicho y su ausencia.
Aquí, nuestros médicos trabajan con todas las limitantes y carencias y nosotros, los usuarios de un vergonzoso sistema de salud, nos teníamos que conformar con citas al futuro en el corto plazo.
El covid-19 no destrozó nuestro sistema de salud ni el sistema educativo. Más bien evidenció lo que todos los días y desde hace años se sabía: que no había camas suficientes; que las compras eran corrupción y más corrupción; que muchos profesionales de salud carecen de la estabilidad en el empleo; que ganan poco, muy poco para exponer su vida en esta condiciones; que los recortes presupuestales vienen de atrás pero se perpetúan en el presente, y un largo etcétera.
En materia educativa, lo que realmente hemos entendido con el virus y en esta pandemia, es que los profesores no se han modernizado, que no saben usar –muchos de ellostecnologías y herramientas lúdicas modernas, y que, como consecuencia de un doloroso rezago educativo hoy, muchos mexicanos, continúan sin entender el peligro que representa esta pandemia.
Al ser un país con muy bajos niveles de educación formal, resulta explicable mas no justificable, la manipulación de tanta información a lo largo y ancho del gobierno federal.
Pocos, muy pocos entienden de cifras y de datos, de variables y de mediciones, de pruebas y de indicadores, y por eso, este gobierno ha abusado de su posición para confundir o engañar a una buena parte de la población. Así, simplemente, no.
Pero aún y con todo esto, en este país las cosas no cambiarán. El gobierno seguirá en su discurso maniqueo cuya sentencia máxima se cumplirá: divide y vencerás. Eso ha hecho con el país: lo ha polarizado en categorías dicotómicas conceptuales que se resumen en la búsqueda por el retroceso en todos las áreas de saber humano.
Definitivamente, esta pandemia no nos hará mejores personas, ni mejores humanos, ni mejores políticos, ni mejores empresarios.
Pocos, muy pocos en el país entienden de cifras y de datos