Milenio Jalisco

Deficienci­as y gran acierto de la PGR

- Cmarin@milenio.com

La investigac­ión de la extinta PGR no explica las rutas que siguieron los victimario­s para “desaparece­r” a los 43 normalista­s. Saberlo pudiera ser determinan­te. ¿Todos fueron llevados al basurero de Cocula? El expediente habla de una sola que va de la calle Juan N. Álvarez al basurero de Cocula y el río San Juan, pero la puntillosa indagación de la desapareci­da Oficina Especial para el caso que se constituyó en la CNDH concluyó que hubo al menos otra: Puente del Chipote.

También la PGR tocó por encimita el móvil del crimen multitudin­ario: la infiltraci­ón del narcotráfi­co en la normal de Ayotzinapa, y no ahondó en la autoría intelectua­l de los asesinatos en alguien a quien testigos altamente confiables aluden como El Patrón.

Según la Oficina Especial, ese sujeto fue un instigador primario y común a los criminales en dos de los autobuses y los siete escenarios del horrendo suceso: una persona con alta capacidad de dirección y organizaci­ón, capaz de articular agentes de gobiernos de los tres niveles con dirigentes y sicarios de la banda delincuenc­ial.

Esa PGR informó, sin embargo, lo medular de lo sucedido y que seis años después nadie ha podido desmentir: Guerreros Unidos detectó entre los movilizado­s a varios de sus enemigos Los Rojos y usó a policías municipale­s para levantar y entregarle­s a los jóvenes para asesinarlo­s y tratar de borrar su rastro quemando los cuerpos hasta su carbonizac­ión en el basurero de Cocula y arrojandol­osrestosen­elríoSanJu­an.

Las deficienci­as, irregulari­dades y debilidade­s de aquellas investigac­iones fueron aprovechad­asporlosde­tractoresd­eunaverdad jurídicame­nte histórica pero políticame­nte atacable con miras a culpar al Ejército y convertir la matanza en un “crimen de Estado”.

El caso se envenenó cuando el Grupo Interdisci­plinario de Expertos Independie­ntes que envió la Comisión Interameri­cana de Derechos Humanos, basándose en un “experto” farsante que echó un vistazo de 15 minutos y no hizo el estudio serio del sitio, José Luis Torero, sostuvo que en el muladar no hubo fuego.

La negación, sin embargo, está más que rebatida por los peritajes que en su momento hicieron los especialis­tas de la PGR, la UNAM, el Instituto Mexicano del Petróleo, el Grupo Argentino de Antropolog­ía Forense, seis expertos con reconocimi­ento mundial y los de la Oficina Especial de la CNDH anterior a Rosario Piedra.

Pese a la injusta persecució­n policiaca y la ingrata grilla de los deudos y sus representa­ntes, fue gracias al ex director de la Agencia de Investigac­ión Criminal de la PGR, Tomás Zerón, que se rescataron y preservan más de 60 mil fragmentos óseos que permitiero­n ya la identifica­ción en Austria de dos de Los 43: Alexander Mora Venancio y Jhosivani Guerrero de la Cruz (en esta administra­ción se dio con los de un tercero, Christian Alfonso Rodríguez Telumbre).

De ayer: no hay razón alguna para atacar el Congreso de Guerrero: el caso es de competenci­a federal en régimen de exclusivid­ad…

Informó lo medular de lo sucedido y que seis años después nadie ha podido desmentir

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