Trump no quiere perder
La cosa no está sencilla. El presidente ha dicho que si pierde la elección, entonces será porque hubo un fraude electoral en las urnas; y cuestionado sobre la eventual ceremonia de cambio de gobierno, ha dicho que “habrá que ver lo que ocurra”.
El presidente es Donald Trump, y las dudas sobre un proceso electoral limpio las ha arrojado él mismo en declaraciones a medios, discursos, y en sus redes sociales. Numerosos medios de comunicación de Estados Unidos han dedicado especial atención al tema. El diario The New York Times publicaba ayer como nota principal en su edición electrónica una pieza donde señalaba que el presidente no está dispuesto a dejar el poder, y que senadores de su partido han tenido que salir al paso para señalar que todo saldrá bien; que quien gane la elección
(Trump o Biden) asumirá su cargo como presidente en forma y sin contratiempos.
Hay en el ambiente político electoral estadounidense, sin embargo, temor a que la escalada del presidente Trump contra las elecciones crezca conforme pasan las semanas. Las elecciones se llevarán a cabo el 3 de noviembre próximo, y los números en las encuestas son abiertamente desfavorables al actual mandatario de aquella nación.
Por eso, dicen, Trump siembra la semilla de la duda sobre la limpieza de las elecciones. Su argumento es que hay un mal manejo de las boletas electorales que ya se están repartiendo por correo a millones de ciudadanos que se apuntaron para votar por esa vía. Por correo llegan las boletas, se cruzan, y se mandan de regreso a las oficinas correspondientes. Pero a Trump le preocupa el método, y argumenta que se han enviado miles de boletas dobles en los estados o regiones donde no simpatizan con el actual presidente. Por eso su negativa anticipada a reconocer una posible derrota.
La cosa, insisto, no es sencilla. Recuerdo que la elección entre George W. Bush (a la postre ganador) y Al Gore fue reñidísima, y que hubo dudas e impugnaciones sobre el manejo de las máquinas para votar instaladas en Florida. Pero al final, en un acto que muchos calificaron de patriota, Gore terminó por conceder la derrota para evitar una crisis en Estados Unidos.
¿Seremos testigos de un conflicto grave en aquella nación?
Trump siembra la duda sobre la limpieza de las elecciones