La Sociedad de los Neocristeros Chuecos
Sin demeritar el derecho a la protesta y al malestar, elultraconservadurismoensuversiónmáscircense encarnado en Frenaaa nos está distrayendo de lo importante: ¿Quién tardará más pronto en caer, Cárdenas Palomino, cuyo único vicio reconocido era la tortura y bolearle los cacles a García Luna Productions; o Luis María Aguilar, quien llegó a la Tremenda Corte empujado por el expresichente Jelipillo y cuyo semblante rebosón se puede contemplar en las fotos de la boda maldita de la hija deJuanCollado,dondelosconvidadosyanfitrionesoestánen eltambooandanhuyendooviveneneloprobio?
Ynoesporqueelmagistradoseopongaalaconsultapopular y esté buscando la manera de acá, bajita la tenaza, echarle una mano a su patrocinador, sino por la falta de sentido —deja tú de la justicia— del entretenimiento. Este señor, que dicen las malas lenguas podría ser miembro destacado de Frenaaa, nos quiere despojar del efectorelajantedeveralosexpresichentes en el banquillo de los acusados. No se vale.
Y es que la mera neta, ante tal demostración de falta de músculo los frenáaapteros apenas nos dejan unas pinceladas para el Plantones for dummies: los gritos desaforados de Gilberto Lozano que terminaron con su graciosa huida y un regreso sin gloria como de película de albures y ficheras; unas coloridas carpas más vacías que las arcas de la nación después del paso del Huracán Peña; y el mal humor perpetuo, el enojo sempiterno, el rencor nada sosegado donde solo faltan las pelucas verdes y sus credenciales de la Sociedad de los Neocristeros Chuecos.
Mucho meme, mucha estridencia alrededor de Gilitros Lozano y su movimiento que, siendo sinceros, no merecía ni tanta cobertura ni tanta sobreinterpretación ni tanta visibilidad. Un puñado de ultraderechosos encabezados por el autodenominado “líder cuántico” (¿escuálido?) que era paraquedarse a nivel de una pequeña nota a pie de página y que gracias a su histrionismo se agenció las cámaras y micrófonos que ya hubieran querido en Aguas Blancas.
Que no nos asombre que un día veamos “Frenaaa, el musical”.
O sea, ¿a poco es más interesante un movimiento guango que en la calle codo a codo apenas juntan veintidós y que ya está en la onda de la neymariña y el autocompló, a que ahora se sepa que Murillo Karam haya ocultado el hallazgo de pruebas y restos sobre los 43 de Ayotzinapa con el único fin de apuntalar la veldá histórica pero histérica?
Mucho meme, mucha estridencia alrededor de Gilitros Lozano y su movimiento