En favor de la energía nuclear
Este 18 de marzo, día consagrado al petróleo,loquierodedicar,aquí,aotracosa:ala energía nuclear. Me baso para ello en un artículo titulado “La física y la tecnología detrás de la energía nuclear”, escrito por Daniela Reygadas, física mexicana que trabaja en el Instituto Laue-Langevin de Grenoble, en Francia. El artículo apareció hace poco más de un año en la revista Perspectivas Energéticas, publicada por El Colegio de México.
La fisión nuclear fue descubierta en 1938 en Alemania por una mujer, Lisa Meitner, austriaca judía, y doshombres,ambosalemanes,FritzStrassmanyOtto Hahn. Doce años tras su descubrimiento, en 1950, entró en operación el primer reactor nuclear comercial. Hoy en día, 11 por ciento de la energía mundial es producida en esos reactores, en su mayoría concentrados en Europa y Norteamérica, sobre todo Estados Unidos (aunque la construcción del mayor número de reactores nucleares tiene lugar, hoy, en India y China).
“Las centrales nucleares están basadas en una reacción que ocurre a escala de los núcleos atómicos, la fisión”, explica Reygadas. “En una fisión, un núcleo pesadoenestadoexcitadosedivideendosfragmentos másligeros,liberandoneutronesygrandescantidades de energía en el proceso”. La mayoría de los reactores comerciales utilizan la fisión de un núcleo de uranio. Una de sus grandes ventajas es su alta densidad energética (“para producir 45 MWh de energía se necesita tan solo un kilogramo de uranio, frente a 15 toneladas de carbón o 10 toneladas de combustibles derivados del petróleo”). Pero una de sus grandes desventajas, también, es su alta producción de residuos tóxicos (“los dos fragmentos resultantes de la fisión son altamente radioactivos y con largas vidas medias; pueden tardar cientos de años en desintegrarse)”. Estas razones hacen que sea una de las fuentes de energía más polémicas.
Estoy en favor de la energía nuclear por una razón muy sencilla: porque no se produce ninguna cantidad de CO2 durante el proceso de fisión, porque de hecho no se produce ningún gas de efecto invernadero. Han ocurrido accidentes, desde luego, pero han ocurrido en todas las industrias, no solo la nuclear: el accidente en la central nuclear de Chernobyl, ocurrido en 1986, produjo la muerte de alrededor de 9 mil personas, pero el accidente en la planta hidroeléctrica de Banqiao, ocurrido en 1975, ocasionó la muerte de más de 30 mil personas (por la ruptura del embalse de la planta en esaregióndeChina).YocoincidoconReygadas:esmejor almacenar pequeñas cantidades de residuos altamenteradioactivosdemaneracontrolada,queliberar toneladas de residuos de gases de efecto invernadero a la atmósfera en la producción de energía basada en combustibles fósiles.
Este mes de marzo se cumplen 10 años del accidentedelacentralnucleardeFukushima,enJapón.Eltsunami provocó la muerte de cerca de 20 mil personas, pero recordamos sobre todo el accidente de la central. Elaccidentenocausóningunamuerte,perotuvoefectos lamentables. En lugar de detonar reformas, produjo desilusión y abandono (Angela Merkel ordenó la clausuradetodoslosreactoresenAlemania).Frenteal desafío gigantesco del cambio climático, es tiempo de volver a pensar en la energía nuclear.