Tú dile a Romero que digo yo que lo jubile…
En aquella época de la renovación moral pregonada por Miguel de la Madrid, fue procesado Jorge Díaz Serrano, director de Pemex, por un fraude de 35 millones de dólares en la compra de buques de carga.
Durante el salinismo, Joaquín Hernández Galicia, La Quina, líder del sindicato petrolero, resultó detenido y encarcelado por posesión de armas, en una operación de inteligencia política en la que incluso participaron agentes extranjeros.
Con la alternancia de 2000 quedaría a la luz una red de desvío de recursos de Pemex en el gobierno de Ernesto Zedillo en favor del candidato priista Francisco Labastida. Más allá de una multa de 90 millones de dólares al PRI, pocas sanciones penales derivaron del llamado Pemexgate.
Luego vendría el gigante de Odeb re cht con sus millonarios sobornos en los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, reflejados principalmente a través del caso vi gente contra
Emilio Lozoya, actual testigo colaborador del gobierno de la cuarta transformación.
¿Qué tienen en común los escándalos anteriores sufridos durante los últimos 40 años por la empresa para estatal mexicana? Que en todos estuvo involucrado de una u otra manera Carlos Romero Deschamps, senador y dirigente sindical jubilado apenas por orden presidencial.
Por ello uno se pregunta: ¿este retiro de Romero Deschamps es apenas el inicio de un proceso de mayor envergadura contra quien encarna la corrupción sistémica mexicana, o bien se trata de una salida acordada producto de cierta idea de amnistía contemplada en Palacio Nacional, como han comentado en corto colaboradores del Presidente, quienes refieren que algo parecido sucedió con el ex ministro Eduardo Medina Mora?
La interrogante no es menor, tomando en cuenta que el combate a la corrupción y el control de los recursos estratégicos son dos de las principales banderas de la actual administración. Como pocos, Romero Deschamps ilustra tanto el saqueo de recursos petroleros como la colusión con intereses privados para minar la soberanía energética.
Por eso, parafraseando un microcuento de Tito Monterroso, imagino en el título de esta columna la forma en la que el director de Pemex, Octavio Romero, recibió la orden de jubilar al dinosaurio ya referido.
¿Este retiro es apenas el inicio de un proceso de mayor envergadura?