“Entre delincuencia y una mala salud democrática”
La candidata de Morena al gobierno de Nuevo León negó una y otra vez que hubiera tenido contacto alguno con Keith Raniere, pero resulta que mantuvo una relación directa con esa finísima persona. O sea, la aspirante es, al menos, una mentirosa
Gil está de plácemes. Resulta que Clara Luz Flores, candidata de Morena a la gubernatura de Nuevo León, negó una y otra vez que hubiera tenido contacto alguno con el líder de la secta sexual NXIVM, pero, ah, mala suerte, apareció en una entrevista con Keith Raniere, delincuente condenado a 120 años de prisión por los delitos de tráfico sexual, pornografía infantil y extorsión. Resulta que la candidata de Morena mantuvo una relación directa con esa finísima persona. O sea, la candidata es, al menos, una mentirosa.
Oh, el azar y la mala pata o la mala cabeza. Clara Luz Flores afirmó en una entrevista con Julio Astillero que ella el NXIVM nomás en tabletas. Yo nunca, yo jamás, Ni lo conozco. Luego, en entrevista con Azucena Uresti, la candidata le dijo que sólo había asistido a un curso de autosuperación. Y Luego, tercer acto: moles, sopla, aparece una larga entrevista donde ella le responde a Raniere. Se trata de un encuentro bochornoso pues parece que ella le pide trabajo, la verdad tal vez le pide entrada a la secta.
La revista Proceso ha dado a conocer esta larga entrevista de Clara Luz Flores con Keith Raniere. De pena ajena. El líder pregunta de política, de asuntos personales, de conceptos, (es un decir) y ella contesta con una candorosa sonrisa. Ladies and gentlemen: con ustedes, la candidata de Morena; ella, que se dejó tomar el pelo por este rufián. Muy bonito.
Monreal, mago
Gil no sabe qué pensar. Como si no tuviéramos cosas importantes qué legislar, diente largo Monreal ha propuesto una iniciativa fundamental en el Senado: prohibir que los conductores fumen en sus autos. Ah, Zarco moderno, siempre atento a los asuntos importantes de la nación.
La idea es que el espacio particular de los autos se declare cien por ciento libre de humo. Diente largo Monreal argumentó que la iniciativa busca proteger a las personas menores de edad, mujeres embarazadas y adultos mayores. Y propone multas y multas. Senador: haga su chamba y no reparta sonajas y chupones, por piedad. ¿O somos tontos? Apenas se puede creer que los periódicos le den espacio a este juego de niños, mientras los adultos deciden en el piso de arriba. Ah, que el senador, siempre cumpliendo mandatos de orden suprema.
Sin educación
A Gamés se le pusieron los pelos de punto y punta. Gil lo leyó en su periódico El
Financiero en una nota de Ivonne Martínez: “Por motivos asociados con el covid y por falta de dinero y recursos, 5.2 millones de personas nos se inscribieron al actual ciclo escolar 2020-2021, las cuales representan el 9.6 % del total de la población de entre 3 y 29 años, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). 5.2 millones no se inscribieron al ciclo escolar, 2.3 millones no lo hicieron por razones relacionadas con la pandemia mientras que 2.9 millones no lo hicieron por falta de dinero o recursos económicos”. Muy bonito. Vamos muy bien.
Cerrar
La lectora y el lector lo saben: la pandemia del covid provocó que un millón 10 mil 857 establecimientos cerraran sus puertas definitivamente en el año del 2020. Gil caminó sobre la duela de cedro blanco y caviló: Gilga no necesita ser economista para percibir que esto se va a poner color de hormiga. Gil canta: “¡Oh Juárez, apóstol, invicto paladín, los patrios pendones se inclinan ante ti”. Ah, no, perdón eso era el estribillo de ayer.
Vacunas
Nadie ha explicado qué contenían las vacunas que un empresario árabe compró de contrabando. Unos campechanos fueron inoculados con estos “biológicos” extraños. Podría ser Fabuloso, o Crest, o Astringosol, pero nadie dice nada de nada, sólo que fueron confiscadas. Qué silencio en la trinchera. Y de plano si quieren ponerle a Gamés Cloralex pues nos la jugamos. Total, parece que esto tiende a un final tremebundo.
Todo es muy raro, caracho, como diría Fellini: “No hay un final. No existe un principio. Solamente existe una infinita pasión por la vida”.
Gilga no necesita ser economista para percibir que esto se va a poner color de hormiga