AMLO, la política y los hechos
Ayer, el presidente López Obrador dijo: “En los gobiernos anteriores se permitieron las masacres, y los defensores de derechos humanos de la sociedad civil o de la llamada sociedad civil, lo que antes se conocía como pueblo, se quedaron callados ante las masacres; incluso los organismos de la ONU defensores de derechos humanos, de la OEA, y ahora lo que les urge es tener pretextos o excusas para señalar que somos iguales y eso no, no, no”.
Ayer también, cosas del azar, la escritora y periodista Mona Charen publicó un artículo a partir de la defensa legal de Sidney Powell, la abogada que más insistió el año pasado en las mentiras sobre una inmensa conspiración para robar la elección a Donald Trump, hoy demandada por difamación.
“Powell reconoce que hizo una serie de afirmaciones sobre el robo de la elección, pero debido a que claramente estaba hablando en un contexto político, sus comentarios deben interpretarse como exageración política estándar”. Por ejemplo: sus conferencias de prensa eran en oficinas del Partido Republicano y “obviamente cualquier conferencia de prensa originada por el Comité Nacional Republicano es profundamente política”.
“El argumento electoral, entonces, es que cualquier afirmación fáctica, por falsa que sea, está aislada de las consecuencias bajo la ley de difamación si está relacionada con la política. Esto es peor que‘ mi verdad ’. Esta es la afirmación de que cualquier mentira políticamente motivada está bien ”.
Powell hace de las extravagancias de sus declaraciones falsas una defensa, porque "ninguna persona razonable concluiría que las declaraciones eran verdaderamente afirmaciones de hechos reales. La turba enloquecida que asaltó el Capitolio creía cada palabra. Las encuestas han encontrado que entre dos tercios y tres cuartas partes de los republicanos creen que la elección fue fraudulenta. Esto ya no se trata de Powell o incluso de Trump. Se trata de la abdicación completa de la integridad por parte de los líderes de la derecha: funcionarios republicanos, líderes de opinión conservadores, comentaristas de televisión de derecha, etcétera. Al principio contrarrestaron las mentiras de Trump; poco después comenzaron a evitarlas. A continuación fingieron encontrarlas divertidas. Luego se encogieron de hombros. Finalmente se unieron. Cuando suficientes personas con autoridad dicen mentiras, paralizan la capacidad de razón de su audiencia”.
Pues sí.
“Nadie concluiría que las declaraciones eran afirmaciones”