Cómo cambió la vida durante la pandemia
No tomó más de unas semanas de cuarentena el año pasado para que todos estuviéramos garantizando los grandes cambios que tendría la pandemia sobre la vida cotidiana aún después de erradicarla, ¿Cómo se ve el mundo al que estaremos regresando un año después?
Desde un inicio quisimos bañar todo en desinfectante, pero resultó que eso no hacía nada más que irritar la piel. Nos encerramos con “quédate en casa” cuando nos debimos enfocar en distanciamiento social. El trabajo a distancia con videoconferencias se convirtió en la norma, juramos no regresar a la oficina al punto de cancelar contratos de renta y abandonarlas permanentemente, pero los espacios van retomando arrendadores y el gran éxodo se convirtió en un cambio de aires.
Era de esperarse, la pandemia nos ha afectado a todos. Nuestra necesidad de adaptarnos nos hace buscar soluciones que se sientan permanentes ¿Cuáles se van a quedar? No lo sabemos aún, pero voy a intentar pronosticarlo.
El cine como lo llegamos a conocer ha dejado de existir, pero lejos de ser una víctima joven y saludable del covid-19, la pandemia solo precipitó su caída. La pandemia hizo mucho eso, obligarnos a adoptar prácticas que ya venían más rápido. Podemos debatir los méritos de la sala teatral en contra de las comodidades de entrega directa, pero siempre que la tecnología ofrezca un vehículo más económico, la demanda va a fluir por ahí. El cine ya tenía su condena.
Jefe ¿Cuándo vamos a regresar a la oficina? En efecto, algunas industrias nunca regresarán, pero son una minoría. Es tentador el trabajo desde casa, el “patrón” ahorra una fortuna en espacio, administración y mantenimiento de oficinas y, al menos en un inicio, poder administrar el tiempo propio resulta en que los trabajadores tengan más tiempo libre. A largo plazo, la competencia laboral y los ajustes acabarán por comerse ese “tiempo libre”, la capacidad de trabajar más suele imponerse. Quizás más importante, la pérdida del contacto social tiene consecuencias psicológicas y emocionales muy difíciles de reemplazar sin “la oficina”. La mayoría de los trabajos regresarán a su espacio original, quizás con horarios modificados.
Las compras en persona, el retail o comercio minorista o al detalle está muerto. Retail is dead se ha escuchado desde antes que nos empezáramos a preocupar por el cine, pero ciertamente en la pandemia cerraron muchas tiendas que no regresarán. Los locales comerciales más deseables ya tienen anuncios de las reemplazantes. Las compras en persona nunca desaparecerán por completo, la pandemia más bien empujó a una generación más adulta a las compras en línea y la entrega a domicilio.
Entonces ¿Qué ha cambiado permanentemente? Parece que no mucho. Las mascarillas y distanciamiento social restante desaparecerán poco a poco. Las reservas que ahorita tenemos a la cercanía humana también se irán alejando. Como todos lo sentimos, hay una gran demanda acumulada de experimentar los goces de libertad que nos quitó la pandemia, como los convivios masivos, el turismo y el contacto humano. El dique está reventando y los lagos se llenarán de inmediato.