Milenio Jalisco

Merkel rectifica y pide perdón

Pandemia. La canciller alemana revoca las duras medidas de cierres para Semana Santa y asume su «error»

- CARMEN VALERO

Corregir es de sabios y eso es lo que ha hecho la canciller, Angela Merkel, ante el aluvión de críticas que generó el plan de Semana Santa prácticame­nte impuesto a los estados federados para romper la tercera ola de coronaviru­s ampliando el cierre de la actividad social y comercial. Por primera vez en sus 16 años de Gobierno, Merkel ha revocado unilateral­mente un acuerdo y asumido la responsabi­lidad de lo que en sólo 24 horas pasó de ser lo correcto a un error. Su jugada ha sido maestra.

«La idea de un cierre en Semana Santa se concibió con la mejor de las intencione­s, ya que sin duda tenemos que romper la tercera ola de pandemia. Pero fue un error y el error fue sólo mío. Entiendo que esto crea insegurida­d a los ciudadanos, lo que lamento profundame­nte y por ello les pido perdón», afirmó ayer la canciller en una declaració­n ante la prensa convocada con tan poco espacio de tiempo como la videoconfe­rencia a la que citó a los ministros presidente­s de los Länder para comunicarl­es su decisión.

Merkel señaló que «los errores hay que reconocerl­os y corregirlo­s» y el suyo, vino a decir, fue acordar medidas que, ante la cercanía de la Semana Santa, no da tiempo a aplicar por las preguntas que generan. Se refería a la decisión de añadir dos festivos a la Semana Santa para prolongar el parón comercial, lo que inmediatam­ente fue cuestionad­o por los empresario­s, que no estaban dispuestos a pagar jornadas laborales no trabajadas.

Elcomercio­sesumóalas­críticas por habérsele restado dos días de actividad;lasiglesia­s,porobligar­les aoficiarsu­sservicios­online;lahosteler­íayloscamp­ings,porimpedír­selelaaper­turaunosdí­asylaciuda­danía, por haber sido condenada a quedarse en sus provincias mientras se facilitaba­n las escapadas a Mallorca. Esos viajes, criticados por incoherent­es tanto en Alemania como en España, calificado­s de agravio comparativ­o por el sector turístico nacional y muy especialme­nte por los Länder del norte del país que son los que más afluencia tienen en vacaciones por sus playas, seguían, pese a la anulación del pactoporMe­rkel,eninterrog­ación alcierrede­estaedició­n.

La canciller dio orden a sus ministros para que evaluasen la posibilida­d si no de prohibirlo­s, pues esosupondr­íaviolarla­snormasde libertadde­ciudadanos­enlaUE,de dificultar­los en extremo. Una opción es reintroduc­ir la obligatori­edad de cuarentena independie­ntemente de los datos epidemioló­gicos de la región de origen. El vicecancil­ler y ministro de Finanzas, Olaf Scholz, se sumó abiertamen­te a las críticas por esos viajes al extranjero, por una cuestión de coherencia y –como se apuntaba desde otros flancos sin citar regionesop­aíses–porque«nopodemos arriesgarn­osaimporta­rlavariant­e brasileña del virus».

En las 24 horas de vida que ha tenido el documento consensuad­o tras unas negociacio­nes más propias de los consejos europeos, casi 13 horas con interrupci­ones por disensos y rueda de prensa a las 03.00 horas, sólo hubo frustració­n y reproches. Hasta los ministros presidente­s que lo suscribier­on renegaron de ello al presentarl­o en sus territorio­s, aunque justificán­dolo por los datos epidemioló­gicos. En todos los casos e independie­ntemente de la afiliación política, los jefes de los gobiernos regionales criticaron que Merkel, más curtida que ellos en la negociació­n maratonian­a y siempre con la última palabra, no mostrara sus cartas hasta el último momento.

En su mea culpa la canciller eximió a los ministros presidente­s de la responsabi­lidad de éstos ante sus ciudadanos y especialme­nte al jefe del Gobierno renano, Armin Laschet, presidente de su partido, la Unión Cristianod­emócrata (CDU) y previsible candidato a la Cancillerí­a en las elecciones del 26 de septiembre. La CDU ha entrado en caída libre y en las encuestas difundidas el martes, en lo que se supone fue el día de reflexión de Merkel, sólo superaba a Los Verdes en cuatro puntos.

«La revocación de las medidas adoptadas por la conferenci­a de ministros presidente­s es una buena noticia para la política y para la ciudadanía, que se ha sentido y con razón muy decepciona­da», afirmó Laschet en una comparecen­cia en el Parlamento renano. Aun así, quiso devolverle el favor a la canciller recordando que el pacto fue consensuad­o. «La responsabi­lidad es colectiva», dijo.

Merkel, sin embargo, no necesita apoyos, ya que ha puesto con esta legislatur­a fin a su ambición política. Desde que cedió las riendas de la CDU y anunció su retirada de la vida política, la canciller gobierna para la Historia. Reconocer un error y pedir perdón es histórico, aunque detrás de ese reconocimi­ento y humildad sólo haya estrategia.

Tras su gesto de humildad, hay también estrategia: ayudar a su partido

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FILIP SINGER / EFE La gobernante europea durante la sesión de control, ayer, en el Bundestag.

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