La falocracia en México que no quiere morir
Partidos políticos, gobiernos e instituciones democráticas como el INE, en pleno periodo electoral de nuestro país, intentan ignorar que es urgente la necesidad de que muera la falocracia, que es el dominio del hombre en la vida pública y social. Porque el machismo se sigue manifestando en los integrantes de las anteriores instituciones como una falta de compromiso para que las mujeres vivamos sin violencia, con igualdad, y respetando nuestros derechos.
A pesar de que somos la mitad de la población a considerar que también vota, y que por eso podemos ser un factor decisivo para definir una elección, seguimos siendo excluidas para que el gobierno establezca políticas públicas específicas, para que los partidos políticos escojan candidatos con visión feminista y exentos de señalamientos de violencia, así como el INE determine leyes no solo firmas de buena fe. Así como posturas de la sociedad en el que líderes actuales y políticos de antaño de oposición, se asuman como feministas de ocasión con propósitos políticos distintos y como bandera electoral que nada tiene que ver con acciones que llevan a cabo a favor nuestro, y que lo único que logran es descrédito por la falta de congruencia.
El colmo para los partidos políticos y su falta de seriedad en la situación de violencia que vivimos, es que existen más casos de precandidatos como Salgado Macedonio, como presuntos agresores de mujeres. Ya que según investigaciones de la periodista Indira Sandoval, hay más de 20 hombres y una mujer con estos antecedentes, que forman parte de todos los partidos, que va desde posibles gobernadores, congresistas y presidentes municipales, que son señalados como presuntos actores de violencia familiar, abuso y acoso sexual, así como integrantes de redes de pornografía.
Como casos emblemáticos son el de Gabriel Quadri, quien fuera candidato a la presidencia en 2012, ahora postulado por el PAN como diputado federal, y señalado como presunto acosador sexual por parte de varias alumnas de la Universidad Iberoamericana; así como Sandra Vaca por el mismo cargo, pero por parte del PRI, quien es acusada como presunta integrante de la red de prostitución de Gutiérrez de la Torre. Y muchos más que por espacio no es posible nombrar (puede consultar en la página de la periodista)
Tomando en cuenta lo anterior, y para prevenir, el grupo de mujeres Las Constituyentes elaboró y dio a conocer un proyecto llamado 3 de 3, que consiste en que no se puedan postular candidatos que sean agresores sexuales, agresores familiares, o que tengan demandas de pensión alimenticia. El proyecto fue presentado ante el INE desde 2018, pero este organismo lo adoptó solo como medida para que todos los partidos se comprometan en una firma de buena fe, ya que para ellos no se considera para poder cesar a candidatos, antecedentes de denuncia, de investigación o procesamiento, solo en caso de sentencia.
Después de la reciente reunión de los consejeros del INE en el que se decidió bajar de la contienda electoral a 60 precandidatos por omisión a los reglamentos del instituto, muchasmexicanaspedimosquedentrodeestascondicionesya se considere la infracción de violencia contra las mujeres, y que sea motivo insoslayable para no estar en las boletas.
Es así que, por el bien de todas las mexicanas, los grupos de individuos que participan en elecciones competitivas con el fin de acceder a sus candidatos a cargos públicos representativos, que regidos por un organismo autónomo como el INE y que llegan a gobernarnos, deben tener como principal requisito no ostentar una actitud o manera de pensar de que el hombre es por naturaleza superior a la mujer.
La pregunta es: ¿a cuántos se reducirían los candidatos de los partidos con las anteriores condiciones, y si habría alguien que los evaluara honestamente? Aún hay mucho por hacer en bien de las mexicanas.