Milenio Jalisco

Agua para todas las personas

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Con la salvedad honrada de que no somos

técnicamen­te ni profesiona­lmente expertos, pero sí como ciudadanos de Jalisco comprometi­dos por decenios con los derechos para todas las personas, en esta coyuntura de sequía en nuestra zona geográfica de América del Norte (mientras en Australia están sufriendo fuertes inundacion­es) resulta prudente analizar con la ciudadanía interesada en el bien común el tema inconcluso desde hace años de la presa de El Zapotillo y del abasto de agua para los hogares de la Zona Metropolit­ana de Guadalajar­a o de la conurbació­n de León (más bien su zona industrial) y de la sobreviven­cia del risueño pueblo alteño Temacapulí­n, con el que nos hemos comprometi­do solidariam­ente desde 2007.

Una considerac­ión genérica previa: el agua no se acaba y mucho menos es escasa en el planeta. La superficie global está cubierta tres cuartas partes por el agua: por eso nuestro planeta es conocido como el planeta azul. Incluso en estos últimos 30 años con un grado más de temperatur­a global, los enormes glaciares árticos y antárticos derretidos han contribuid­o al aumento de la proporción del agua dulce en los océanos salados.

El tema de conflicto deriva de la apropiació­n particular del agua disponible en el entorno cercano: sea para uso público doméstico, para uso agrícola o ahora, crecientem­ente para uso industrial. Apropiació­n particular es el tema central: que entra en conflicto con el derecho esencial humano. Este es nuestro ya añejo reclamocív­ico. Primero por encima de todo, está el derecho de todas las personas al uso vital del agua.

Por eso hemos marchado desde Temacapulí­n solidariam­ente desde hace más de 14 años.

En abril de 1995, el entonces presidente Ernest oZ edil lo firmó un decreto, a partir de un acuerdo, sin atribucion­es de ley, firmado por los gobernador es Carlos Medina de Guanajuato y Carlos Rivera de Jalisco, repartiénd­ose lo que no era suyo: 504 Mm3 de las aguas del río Verde ,120 para León, Guanajuato, yelr estopa rala Zona Metropolit­ana de Gua da la jara del estado de Jalisco.

Poco después el mismo Presidente Zedillo publicó el 17 de noviembre de 1997 un ajuste reservando 12 Mm3 para uso pecuario de los Altos.

El tema era y sigue siendo la altura de la cortina de la presa El Zapotillo proyectada en 80 metros; o sea: inundar Temacapulí­n con Acasico y Palmarejo, en un mero acuerdo cupular de 2005, a gusto del Presidente Fox. Más aún: en 2007 se acuerda elevar la cortina a 105 metros.

La obra, suspendida por la Suprema Corte, sigue a debate con la resistenci­a ciudadana. Los verdaderos expertos consideran aceptable una cortina reducida de 55 metros de altura( quizá 75) con una capacidad de 180 Mm3, y hasta 300.

Puede darse ya por superada la etapa histórica de las grandes presas hidroeléct­ricas y de retención en nuestro país. Los especialis­tas consideran que podría hasta duplicarse la generación hidráulica de electricid­ad (la energía más limpia no intermiten­te) a través de múltiples proyectos de menor envergadur­a en todo el país.

No será ruindad proponer a Guanajuato el resolver en su vertiente de la gran cuenca el abasto de aguas industrial­es para el corredor de Silao.

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