Malditos periodistas
Las palabras y los actos del Presidente de la República recuerdan aquella sentencia aterradora de Jesús consignada por Mateo (10:34-39): “No penséis que he venido para traer paz a la Tierra; no he venido para traer paz, sino espada”.
En su vida como dirigente político y gobernante, Andrés Manuel López Obrador ha sembrado vientos de discordia, provocando la dolorosa ruptura de amistades y familias. Para él, ninguna crítica es válida y entre sus fieles exige mansedumbre; para considerarse dignos de él, deben acatar fielmente sus ideas y decisiones, aun las más radicales y disparatadas.
Por eso, con la espada desenvainada del resentimiento, se lanza, y con él a su numerosa parroquia, contra quienes se atreven a cuestionar a su gobierno, así sea con evidencias sólidas como es el caso de Artículo 19, blanco de su furia esta semana por documentar, entre otras cosas, asedio a periodistas y ataque sala libertad de expresión en nuestro país. La pregunta obligada en este caso es :¿ están malo son falsos los datos presentados por Artículo 19, retomados por el Departamento de Estado de
E U en su informe sobrela situación de los derechos humanos en México? Eso sería lo importante y no el perverso buscapiés sobre el origen de su financiamiento, disponible para todos en la página digital de Artículo 19, organización reconocida por su transparencia.
La solidaridad con Artículo 19 ha sido casi unánime, con unos cuantos, vergonzosos ejemplos de sumisión ante el poder; tal vez así desquitan sus platos de lentejas.
En su andanada del pasado miércoles en Palacio Nacional, AMLO descalificó a Artículo 19 por estar “apoyado por el extranjero” y afiliado al “movimiento conservador”. La reportera independiente Reyna Haydeé Ramírez mostró su desacuerdo con el mandatario, habló de abusos en Notimex, recordó cómo la atacaron los troles de esa empresa (“bueno, de la señora” directora) cuando se atrevió plantearel tema en una conferencia matutina y dijo:“yo creo que Artículo19 se ha caracterizado por la defensa de los periodistas”. Fue la única, los demás asistentes callaron como momias.
Queridos cinco lectores, El Santo Oficio los colma de bendiciones. El Señor esté con ustedes. Amén.
Ninguna crítica es válida y entre sus fieles exige mansedumbre