Fragmentación: desafío al 2040
Como viene ocurriendo cada cuatro años desde 1997, el mes pasado fue publicada la séptima edición del Informe sobre Tendencias Globales del Consejo Nacional de Inteligencia. Como sus editores lo precisan, dicho informe no está diseñado para ofrecer una predicción específica del mundo para el año 2040, sino más bien para brindar un marco analítico que permita sortear la incertidumbre tanto a funcionarios como ciudadanos norteamericanos en tanto los formuladores de políticas llegan a plantear alguna estrategia de seguridad nacional.
Además de calificar a la pandemia por covid-19 en curso como la más significativa y singular disrupción global desde la Segunda Guerra Mundial por sus múltiples implicaciones en materia de salud, economía y política que afectarán a la seguridad durante los siguientes años, en esta edición se subraya el concepto de fragmentación como una dificultad adicional para enfrentar los desafíos globales, tales como el cambio climático, enfermedades, crisis financieras y disrupciones tecnológicas.
Por fragmentación se entiende la paradoja que ha llevado a un mundo cada vez más conectado a través de las tecnologías de información y comunicación, el comercio y el movimiento de personas, hacia una creciente fragmentación que se aprecia lo mismo entre las personas que las regiones y países: “El Internet de las cosas abarcó 10 mil millones de dispositivos en 2018 y se prevé que alcance los 64,000 millones en 2025 y posiblemente muchos billones para 2040, todos monitoreados en tiempo real. A su vez, esta conectividad ayudará a producir nuevas eficiencias, comodidades y avances en los niveles de vida. Sin embargo, también crean y exacerban tensiones en todos los niveles: desde sociedades divididas sobre valores y fines fundamentales, hasta regímenes que emplean la represión digital para controlar poblaciones”, (2021, pág. 2).
Esta fragmentación resulta particularmente crítica en tiempos electorales como los que vivimos hoy en día a raíz de la llamada posverdad: “es muy probable que la gente gravite hacia sitios de información de personas que comparten puntos de vista similares, reforzando creencias y formas de entender la verdad”.
Esta fragmentación resulta crítica en tiempos electorales