El demócrata busca apoyo bipartidista
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, prometió flexibilidad en una reunión con legisladores de la oposición republicana y el oficialismo demócrata para impulsar su proyecto de ley de infraestructura por más de 2 billones de dólares. La iniciativa es una atrevida apuesta para reconstruir el país y cimentar su lugar en la historia como el presidente que restauró el papel del gobierno central en un país que venía mostrando una gran fragmentación.
Con esta reunión en la Casa Blanca, Biden quiso mostrar que cumple con su promesa de terminar con la división que convirtió a Washington en un constante escenario de enfrentamiento durante el mandato de Donald Trump. Al encuentro fueron invitados cuatro senadores y cuatro miembros de la Cámara de Representantes, la mitad de cada partido.
“Esta es una reunión bipartidista", dijo Biden a los periodistas en el Salón Oval. “Estoy preparado para negociar”. Biden no cuenta por el momento con ningún apoyo republicano para su gigantesco plan de gasto en infraestructura, que pretende inyectar fondos en múltiples sectores, desde la reconstrucción del deteriorado sistema de carreteras hasta llevar internet de banda ancha a las comunidades agrícolas y mejorar el abastecimiento de agua en los hogares.
Para financiar el plan, el mandatario lanzó una propuesta donde incluye aumentar los impuestos corporativos de 21 a 28 por ciento. a lo grande” o “el estímulo de 2009 fue demasiado pequeño”. Necesitamosvincularlaescaladelproblema con la magnitud de la respuesta. Veo la respuesta y miro la escala y no puedo ver cómo encaja.
No hay muchos argumentos de queelestímulode2009fuepequeño. Fue de entre 4 a 5 por ciento del PIB en un par de años, por lo que fue de 2.5 por ciento en el primer año, frente a una brecha que era de 6 o 7 por ciento del PIB; tal vez fue un tercio o la mitad de esa brecha.
El estímulo de hoy está por encima de 10 por ciento del PIB frente a una brecha que representa 3 o 4 por ciento del PIB. Respecto a la brecha, esto ya es cinco o seis veces mayor que en 2009. Ni siquiera los críticos más extravagantes del estímulo de 2009 han sugerido que debió ser seis veces mayor.
Diría otra cosa. En 2009 hubo un argumento en el que las personas más progresistas en sus creencias dijeron que, además de responderalasituaciónmacroeconómica, era fundamental, en frase de Rahm Emanuel, “no desperdiciar una crisis” y aprovecharla para hacer cosas estructurales profundas.
Es por eso que, en el estímulo de