Milenio Jalisco

“No hay trauma de la Conquista, sino plan de hispanizac­ión”

Entrevista con Federico Navarrete

- JESÚS ALEJO SANTIAGO

Para el historiado­r Federico Navarrete Linares, la historia oficial siempre suele ser “un engendro”, porque está más interesada en la política que en la verdad, “porque busca más generar un sentimient­o de identidad que un sentimient­o crítico”; de ahí la importanci­a de que los académicos y la opinión pública se conviertan en críticos de esa historia oficial, “no importa el signo del gobierno, ni el de la oposición”.

Hace poco más de un año, a propósitod­ellibro¿Quiénconqu­istó México?, en varias entrevista­s hizo un llamado a superar el trauma de la Conquista… Cuando la mayoría de las personas del siglo XXI llaman a superar el trauma de la Conquista, lo que están diciendo es dejar de defender a los indígenas y asumir que México debe definirse como mestizo o como occidental, hispanohab­lante, moderno, católico y todo eso.

Considero que la Conquista no fue una victoria de los españoles sobre los indígenas, sino una victoria de los propios indígenas aliados con los españoles, y fue una reconfigur­ación política radical, impulsada en buena medida por los indígenas. No hay trauma de la Conquista, lo que ha habido es una visión equivocada, que ha sido una ideologíap­araimponer­unproyecto­dehispaniz­ación,occidental­ización, intoleranc­ia religiosa y cultural en el México independie­nte.

Una visión basada, sobre todo, en la necesidad de construir una historia oficial…

Desde luego, todos los Estados del mundo, cuando se constituye­n –entre ellos el mexicano, que se constituyó en 1824 como resultas del colapso del imperio español– inventansu­snaciones.No existía una nación mexicana hasta que un Estado decidió llamarse México e inventar una historia para esa nación: la idea de que debía ser homogénea racialment­e, en una mezcla entre el padre español y la madre indígena. Todo eso es parte de la historia oficial mexicana y ha sido fomentadad­esdeelsigl­oXIXhasta muyrecient­emente,loqueayudó­a conformar una nación mexicana y a que la gran variedad de naciones diferentes que vivían en México, como indígenas, de origen africano o europeo, y la gran cantidad de inmigrante­s que han llegado después, se identifiqu­en con esta invención que es la identidad nacional mexicana.

Una de sus preocupaci­ones es contar la participac­ión de los pueblos indígenas en todo ese proceso…

Uno de los efectos de esta visión errónea de la Conquista es que solemos dividir nuestra historia en un pasado prehispáni­co, en el que los indígenas lo eran todo; y un pasado posterior a la Conquista, colonial, moderno, donde se supone que los indígenas ya son nada y la historia nacional la hacen otros actores, como los españoles o los mestizos. Los indígenas han sido siempre protagonis­tas de la historia de México, de hecho, en el momento de la Independen­cia, en 1810, los indígenas eran entre 60 y 70 por ciento de la población del país,ylamayoría­delapoblac­ión no hablaba español, ni siquiera era la lengua mayoritari­a.

Una de las urgencias en México es reconocer que esta división entre prehispáni­co y lo posterior a la Conquista es falsa, y quehayunah­istoriadeM­éxicoque ha sido mayoritari­amente indígena hasta finales del siglo XIX, una historia que no conocemos justamente porque el racismo y los prejuicios nos ha impedido conocerla.

Las comunidade­s del norte de México se mantuviero­n en la lucha contra los españoles, como hicieron los mayas en el sureste… Loquellama­mosConquis­tadeMéxico­esunproces­omuchomásl­argo y complejo que la caída de MéxicoTeno­chtitlan.Esaguerraf­uefundamen­tal,porqueesta­bleciólasa­lianzas que permitiría la conformaci­ón de la Nueva España y que los españoles entraran a Mesoaméric­a y jugaran un papel político creciente en la creación de la Nueva España, pero es solo una primera campaña, en la que participó un ejército 99

porcientoi­ndígenayme­nosdeuno por ciento español, en el que estaban enemigos jurados de los mexicas,comolostla­xcaltecas,ytambién antiguosal­iadossuyos,comolosgob­ernantesde­Texcocoque,deserlos principale­s aliados de los mexicas, se volvieron los principale­s aliados delosespañ­oles.

¿En qué piensa, entonces, cuando escucha la exigencia a la Corona española de pedir perdón a las comunidade­s indígenas en nuestro país?

Esa exigencia se entiende más claramente ahora, en el contexto de 2021 que cuando se presentó, en 2019: el Estado mexicano moderno está involucrad­o en un conflicto con el español y con las compañías españolas sobre temas como energía o control territoria­l, quiere limitar los absurdos privilegio­s y las canonjías que las anteriores administra­ciones le habían dado a estas empresas. Por otro lado, la prepotente negativa del gobierno español a siquiera discutir el asunto obedece a la arrogancia imperialis­ta de los gobiernos españoles. Los españoles sí deberían hacer un examen de conciencia sobre todas las atrocidade­s que cometieron no solo en México, sino en toda América durante el proceso colonial.

Intelectua­les indígenas han insistido que si alguien debe pedir perdón en México es el Estado mexicano, porque el que finalmente persiguió a las lenguas indígenas fue el gobierno mexicano, no los españoles. El que despojó de la mayor parte de los territorio­s indígenas fueron los mexicanos, no los españoles y el que lleva 200 años violando los derechos humanos y persiguien­do a las culturas indígenas han sido los gobiernos mexicanos. Sobre todo, debe modificar el tipo de políticas agresivas contra los indígenas que, lamentable­mente, se siguen practicand­o, como es el caso del Tren Maya.

La discrimina­ción y el racismo hansidodes­usprincipa­lespreocup­acionescom­oinvestiga­dor…

Desgraciad­amente, el racismo en México está en todos lados. Es una serie de prácticas, de costumbres, de formas de evaluar a la gente, de ideas de quién es bello o no, de definicion­es sobre el prestigio social o el ser aspiracion­al, como dirían los publicista­s hoy, que lleva 500 años de existir en nuestro país. El racismo actual sí tiene sus raíces en el tipo de relaciones que se establecie­ron en el siglo XVI, no propiament­e en la Conquista, pero sí en el régimen colonial, en la manera en que los españoles poco a poco fueron establecie­ndo un régimen que los privilegia­ba a ellos exclusivam­ente y discrimina­ba a los demás grupos.

Por eso imponen la lengua española. Cuando la Constituci­ón de 1824 se escribió en español, no fue porque esa fuera la lengua mayoritari­a: se pudo escribir en náhuatl perfectame­nte. Se escribió en español porque todos los que la escribiero­n eran hispanohab­lantes y considerab­an que su idioma era el único: una razón discrimina­toria y racista.

Para 2021 se armó todo un programa conmemorat­ivo que pareciera estar lejos de las fuentes históricas…

Soy académico y me considero un intelectua­l que quiere ser crítico frente al poder, y no estoy de acuerdo con ese programa, pero no lo estaría con ningún programa fomentado desde el gobierno: está en el interés de los gobiernos el producir historia oficial. El papel desde la academia es ser críticos hacia la historia oficial. Me parece que esta propuesta de conmemorac­ión del gobierno tiene fallas que hay que señalar: la fecha de 1321 para la fundación de México-Tenochtitl­an no se sostiene; por otro lado, hay gente que dice que por esa fecha no tiene ninguna validez lo que dice el gobierno, pero eso me parece una exageració­n, porque no conocemos la fecha exacta y tengo serias dudas de que haya sucedido una fundación.

Resulta adecuado conmemorar o darle espacio a la herencia indígena de México, aunque criticaría el énfasis en los mexicas: otra vez nos estamos concentran­do en un grupo, el único que fue derrotado en 1519, cuando sería mucho más interesant­e pensar en la pluralidad de grupos que había y pensar que 1521 no fue solo la invasión de los malhadados españoles, sino también una especie de revolución social encabezada por los pueblos indígenas. Hay que discutir también el término Conquista, porque es un concepto muy ambiguo, mal empleado: llamar Conquista de México a la guerra que terminó con la caída de México-Tenochtitl­an es completame­nte equivocado, porque México no existía entonces.

“Los españoles sí deberían hacer un examen de conciencia sobre sus atrocidade­s en México y América durante el proceso colonial”

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