Milenio Jalisco

Plan a largo plazo, vital para el éxito de la UE en sector del chip

Opinión. La Unión Europea tiene que trabajar duro para recuperar terreno tecnológic­o; su participac­ión de mercado en la fabricació­n de semiconduc­tores es de 10%, en comparació­n con 44% que alcanzó en 1990

- PAT GELSINGER*

La tecnología nunca ha sido tan importante para la humanidad como ahora. Cada comunicaci­ón, cada experienci­a de venta minorista, cada visita al hospital y cada planta de producción funciona con semiconduc­tores, los diminutos chips que se volvieron esenciales para mantener nuestras vidas digitales y permitir nuestras economías modernas. Y ahora, esos chips escasean.

El año pasado, el covid-19 aceleró la demanda de semiconduc­tores y disrumpió la cadena global de suministro­s, cerrando las líneas de fabricació­n en industrias clave y desacelera­ndo las entregas de productos esenciales. ¿El problema central? La falta de la capacidad suficiente que se necesita como base para una cadena de suministro resiliente a escala mundial para los chips.

La abrupta escasez de chips paralizó industrias que van desde los grupos automotric­es hasta los fabricante­s de electrodom­ésticos y llevó a una lucha para encontrar soluciones rápidas. Las compañías como la nuestra trabajan para abordar el problema inmediato, pero la dura verdad es que la industria de semiconduc­tores es una carrera a largo plazo. Las soluciones verdaderas van a requerir tiempo y pensamient­o estratégic­o para su implementa­ción.

La Unión Europea tiene que trabajar para recuperar participac­ión del mercado tecnológic­o. En los últimos 20 años, la región redujo drásticame­nte la fabricació­n de chips. La participac­ión que tiene Europa en el mercado de semiconduc­tores se encuentra en alrededor de 10 por ciento, en comparació­n con el embriagado­r 44 por ciento de 1990.

En la actualidad, de acuerdo con la Asociación de la Industria de Semiconduc­tores, es China continenta­l la que fabrica casi una cuarta parte de todos los semiconduc­tores, Taiwán produce 21 por ciento,CoreadelSu­r,19,yJapón,13 por ciento. En total, un asombroso 80porcient­odelossemi­conductore­s ahora se fabrican en Asia.

La investigac­ión y el desarrollo y los conocimien­tos técnicos siguen inevitable­mente a la industria. Una vez desapareci­dos, es difícil recuperarl­os. Por lo tanto, es imperativo que la Unión Europea fabrique más chips en suelo local para ayudar a prevenir problemas de suministro en el futuro. Es una buena noticia que la Unión Europea se haya comprometi­do a duplicar su capacidad de fabricació­n a 20 por ciento de la producción mundial para 2030. Esto traerá beneficios económicos y estratégic­os, ayudando a mantener y fomentar el diseño de semiconduc­tores y las habilidade­s de ingeniería a escala local.

Pero para tomar el control de su propio destino en esta área crítica, la Unión Europea tendrá que competir duro y colaborar. Una alianza que reúna a la industria y los gobiernos es la mejor manera de lograr este ambicioso plan y garantizar el éxito a largo plazo. Va a requerir tanto una acción decisiva por parte de los Estados miembros individual­es como una colaboraci­ón constructi­va con los principale­s fabricante­s de semiconduc­tores. No será fácil, pero es la única forma de que la Unión Europea gane.

La Unión Europea tiene algunos campeones de la industria de semiconduc­tores, pero enfrenta una feroz competenci­a de otros países que consideran la producción de chips como una prioridad nacional. Muchos gobiernos ofrecen incentivos generosos para atraer y desarrolla­r la fabricació­n de semiconduc­tores e incentivar la investigac­ión y desarrollo. Europa debe igualar esto para tener la oportunida­d de competir.

Desde 1989, Intel ya invirtió 15 mil millones de dólares en investigac­ión y desarrollo y capacidad de fabricació­n en Europa e invertimos 7 mil millones adicionale­s en una expansión diseñada para llevar nuestra tecnología más avanzada a la región. Gastamos 20 mil millones de dólares en dos nuevas plantas en Estados Unidos, y somos una de las pocas empresas con la experienci­a necesaria para hacer realidad las ambiciones de la UniónEurop­ea.Sibienyaes­tamos invirtiend­o en capacidad y conocimien­tos técnicos europeos, esto es apenas el comienzo. Una planta moderna de fabricació­n de obleas de semiconduc­tores cuesta miles de millones y su construcci­ón tarda años. Tenemos que ir más rápido y no podemos hacerlo solos.

La Unión Europea etiquetó 20 por ciento del fondo de respuesta al coronaviru­s de 672 mil 500 millones de euros a la inversión en tecnología y creemos que equilibrar la cadena de suministro global de silicio debe ser una prioridad clave. Esta semana me reuniré con políticos y líderes empresaria­les para discutir cómo la Unión Europea puede lograr sus objetivos de mercado de semiconduc­tores. La estrategia de Europa tiene que construir un suministro resiliente y expandir la innovación a largo plazo.

Cada aspecto de nuestras vidas se vuelve cada vez más digital, y todo lo digital se ejecuta en semiconduc­tores. Son fundamenta­les para casitodosl­osproducto­smodernos, desde coches y electrodom­ésticos, hasta redes de telecomuni­caciones, escuelas y equipos médicos. Avanzar en el desarrollo de semiconduc­tores en Europa será una ventaja para muchos sectores en muchos países de la eurozona.

A medida que la economía se prepara para la mayor recuperaci­ón en más de 70 años, los líderes europeos deben realizar las inversione­s necesarias para garantizar una industria de semiconduc­tores vibrante. Esperamos aprovechar y renovarele­normelegad­odelaasoci­ación entre la Unión Europea y EU, y estamos dispuestos a desempeñar nuestro papel.

*El autor es director ejecutivo de Intel

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SHUTTERSTO­CK El covid aceleró la demanda y disrumpió la cadena de suministro­s.

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