Sobre los 30 años de la Cumbre Iberoamericana
JUAN LÓPEZDÓRIGA PÉREZ* En 2021 el espíritu de solidaridad cobra toda su vigencia ante la pandemia que nos ha golpeado y una preocupación por el futuro de nuestras economías y sociedades en una situación inédita
En 1991, en Guadalajara (México), se inauguró la I Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, cristalizando la voluntad política de sus integrantes de formalizar el profundo vínculo histórico y cultural compartido, e institucionalizando un espacio común de concertación política y de cooperación avanzada. En tres décadas la Cumbre Iberoamericana se ha consolidado como un espacio maduro, privilegiado y fundamental en el que sus 22 socios de larga data enfrentamos juntos los enormes retos del presente y, sobre todo, del futuro.
En 2021, más que nunca, el espíritu de solidaridad de nuestro espacio iberoamericano compartido cobra toda su vigencia, en unos tiempos marcados por una pandemia que a todos nos ha golpeado, así como una preocupación por el futuro de nuestras economías y sociedades en una situación inédita en nuestra historia.
Ese es el marco en el que se ha desarrollado la XXVII Cumbre Iberoamericana, bajo el lema “Innovación por el Desarrollo Sostenible. Iberoamérica frente al reto del coronavirus”, celebrada con éxito los pasados 21 y 22 de abril, en Soldeu —Principado de Andorra—. Tanto la Secretaría General Iberoamericana, encabezada por Rebeca Grynspan, como la presidencia pro témpore ejercida por Andorra desempeñaron una encomiable labor para asegurar que esta Cumbre alcanzará resultados tangibles que respondiera a los desafíos que enfrentamos.
La clara respuesta de nuestros líderes también ha sido acorde a la magnitud de los retos. Dieciocho Jefes de Estado y de Gobierno o Vicepresidentes respondieron presente —presencial y virtualmente—, siendo la asistencia de mayor nivel en la última década. La Declaración de Andorra recoge las importantes decisiones tomadas, empezando por el recuerdo a las víctimas de la pandemia y el homenaje al personal sanitario. Asimismo, se abogó por fortalecer el multilateralismo, además de consensuar que la recuperación económica será incluyente y sostenible, haciendo especial énfasis en una economía basada en la innovación y la ciencia para asumir el desafío común que a todos afecta como es el cambio climático.
En ese espíritu, España, a través del Presidente del Gobierno, reiteró su profundo compromiso con Iberoamérica en la lucha contra la pandemia y el acceso equitativo y universal a las vacunas contra el covid-19, y anunció la puesta a disposición de Iberoamérica de al menos 7.5 millones de dosis en 2021, a través del mecanismo multilateral Covax, lo que representa entre cinco por ciento y 10 por ciento del total de las vacunas que España recibirá en este año.
Además, España ha querido, en esta Cumbre, asumir su responsabilidad y significar su solidaridad. Entre los resultados de esta Cumbre figura el que la cooperación española apoye y participe en los proyectos e iniciativas iberoamericanas en los ámbitos de la ciudadanía global para el desarrollo sostenible y la eliminación de la violencia contra las mujeres.
Finalmente, España ha impulsado la firma, con otras ocho naciones, del Convenio Marco de Circulación del Talento en el Espacio Iberoamericano, haciendo realidad un proceso que se inició en la Cumbre de Veracruz —México— en 2014. Y firmamos el Convenio Marco desde el convencimiento de que será un instrumento clave para facilitar la transferencia del conocimiento, de innovación y creación científica, y ampliar las oportunidades para que los jóvenes iberoamericanos puedan desarrollar plenamente sus potenciales. Deseamos que otros Estados de la Comunidad se sumen a este instrumento de integración que representa poner la movilidad al servicio del talento y el talento al servicio de la construcción de una Comunidad Iberoamericana más fuerte.
Caminando juntos el camino seguimos avanzando, con optimismo, lo que realza más si cabe esta conmemoración del proyecto común. Como afirmó Su Majestad, el Rey Felipe VI, en la Cumbre, en los 30 años de existencia de la Conferencia Iberoamericana y del Sistema de Cumbres, tal vez sea este el periodo de tiempo en que nuestros países han colaborado de la forma más estrecha, intensa y cotidiana. Esta cooperación reforzada es lo que significa, y debe representar, la Comunidad Iberoamericana.
Sigamos construyendo nuestra Comunidad Iberoamericana, este gran proyecto nuestro, que lo es de todos nosotros, y sigamos adoptando, con visión de futuro, soluciones que fomenten la prosperidad y bienestar, ayudando de manera tangible a los 525 millones de ciudadanos y ciudadanas de nuestra Comunidad Iberoamericana en el disfrute de sus derechos y libertades. España se pone ya a trabajar con República Dominicana, que recoge el testigo de la presidencia pro témpore de la Cumbre Iberoamericana.
La respuesta de nuestros líderes ha sido acorde a la magnitud de los retos actuales