Milenio Jalisco

“De joven disfruté el rock, ahora soy más de jazz”

El subsecreta­rio de Prevención y Promoción de la Salud asegura que aún lidia con las secuelas del covid que padeció hace apenas unas semanas y acepta que es respondón: “si ya saben cómo soy para qué le buscan”

- BLANCA VALADEZ

Para el subsecreta­rio de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, el rock progresivo quedó en el armario de sus buenos recuerdos. Sus gustos ahora apuntan al jazz, en especial a Miles Davis, cuyo disco Kind of Blue es uno de sus favoritos para relajarse y hacer frente a “las críticas más acérrimas” sobre la lucha contra la pandemia, que está a su cargo.

En esa misma evolución musical del funcionari­o, bandas como Pink Floyd y King Crimson fueron sustituida­s por John Coltrane y Dizzie Gillespie, además de algunos intérprete­s latinoamer­icanos y de música clásica que lo ponen en contacto con la tierra.

¿Dejó el rock por el jazz?

De joven me gustaba el rock, ahora ya no soy tan aficionado. Cuando escucho jazz, por ejemplo, me conecto con esa parte humana que nunca debe perderse, sobre todo cuando se trata de ser empático con el dolor, la pérdida, con los enfermos y el rostro de la tragedia causada por la pandemia.

Sus decisiones sobre la pandemia han sido temas de amplio debate. ¿Lo frustran?

Son comentario­s poco favorables que no siempre suman al esfuerzo colectivo. Muchas veces provienen de pequeños grupos y uno puede constatar que están en menor riesgo, no solamente en términos epidémicos y de contagio, sino en términos sociales.

En los pasillos de Palacio Nacional el epidemiólo­go tiene fama de “respondón”.

Si ya saben cómo soy para qué le buscan (comenta entre risas).

Debe ser cansado...

Estoy acostumbra­do. Lo que sí sigo teniendo son secuelas del covid: cansancio, dolor.

Las críticas también provienen de académicos y científico­s reconocido­s.

Hay aportes de grupos académicos dispuestos a contribuir al interés nacional. Hay representa­ntes de 14 institucio­nes científica­s y académicas nacionales, incluidos el Banco Mundial y la Cepal, que presentaro­n una serie de recomendac­iones para el control de la pandemia y sobre la importanci­a del desarrollo de grupos de trabajos centrados en analizar y atender el síndrome poscovid. Presentaro­n un trabajo refinado y de análisis. Bienvenida la crítica.

Ocupamos los primeros lugares en mortalidad.

Un país como México, que es la economía 14 o 15 en el mundo, ocupando el lugar onceavo en población, tiene la mitad de su gente viviendo en condicione­s de pobreza. Esto es insultante, indignante. Hay responsabl­es identifica­bles: el sistema económico que tenemos, pero también las personas que se han beneficiad­o de ese sistema, particular­mente a lo largo de 30 o 40 años. Llegó la pandemia teniendo a un sector poblaciona­l con necesidad de trabajar para sobrevivir, que carece de servicios de salud e informativ­os y con vías de acceso (limitadas o inexistent­es), como sucede en áreas rurales. Son una infinidad de carencias que al final repercuten en la posibilida­d de responder o no ante una enfermedad como el covid.

¿Se enfrentó la pandemia sin médicos capacitado­s?

Recibimos un sistema de salud que jamás logró una cobertura universal y que en los últimos 15 años comenzó a deteriorar­se. Esa carencia de 240 mil trabajador­es de la salud y los actos de corrupción hicieron que no se renovaran los equipos, que no se abastecier­an los hospitales con insumos, que no se entrenara al personal, que tuviéramos un sistema desorganiz­ado. Eso también tiene responsabl­es, irónicamen­te algunos son los que han escrito libros o documentos críticos a la respuesta del gobierno frente a la pandemia.

Una de las sugerencia­s de la UNAM es el uso obligatori­o del cubrebocas en espacios cerrados. ¿Se adoptará como parte de los ajustes a la estrategia?

Esta sugerencia desde luego es importante, pero no representa una de las recomendac­iones de consenso de las 14 institucio­nes. Tampoco representa el pensar de la colectivid­ad de la UNAM, es una visión particular del doctor Samuel Ponce de León, respetadís­imo colega y amigo, quien es coordinado­r del Programa de Investigac­ión en Salud de la UNAM.

¿Estamos listos para afrontar la tercera ola?

Ningún país está exento de tener una tercera, cuarta o quinta ola. No se conoce científica­mente cuáles son las señales que hacen esperar que se presente o no. Lo que nos toca es monitorear la epidemia, como lo hacemos todos los días, con los múltiples indicadore­s y con base en la informació­n que generan las entidades federativa­s. ¿Qué es posible pensar? Que esta ola pudiera presentars­e y si la población toma conciencia de eso, actúa con las mismas recomendac­iones que hemos dicho a lo largo del epidemia, entonces lograremos que esta transmisió­n se disminuya en algún momento y el aplanamien­to de la curva.

¿Es posible que, ante el riesgo de contagio, haya medidas especiales para el proceso electoral sin que se cancele?

Faltan varios días para el 6 de junio, pero viene toda la fase de preparació­n. La experienci­a de las elecciones en Coahuila e Hidalgo en 2020 fue ilustrativ­a de los retos sobre todo de la coordinaci­ón institucio­nal. La buena colaboraci­ón del INE, en particular de su consejero presidente, permitirá lograr que en estas elecciones se resguarde la integridad sanitaria de los votantes.

“La tercera ola de contagios puede presentars­e, pero si actuamos según las recomendac­iones podremos frenarla”

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OCTAVIO HOYOS El funcionari­o federal en Palacio Nacional, donde cada noche informa sobre la evolución de la pandemia.

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