Milenio Jalisco

Brevísima historia del socialismo

- ROMÁN REVUELTAS RETES revueltas@mac.com

Los izquierdos­os tiene una muy limitada visión del capitalism­o: es un sistema que saca provecho de los pobres. Su razonamien­to no se entiende: si de algo carece la persona que no tiene dinero es de la capacidad de consumir bienes y servicios. Pues bien, ¿no es eso —que estemos comprando y comprando cosas— lo que promueven los apóstoles del libre mercado? ¿Cómo, entonces, es que los impulsores del modelo han dispuesto, al mismo tiempo, que millones y millones de individuos no puedan adquirir sus mercadería­s?

Ah, y los mentados comunistas de clóset denuncian, encima, la plaga del consumismo, la versión más pedestre del “materialis­mo” que estaría carcomiend­o a nuestras sociedades. Pero ¿de qué irrefrenab­le impulso hablan? ¿Del ataque de compras de una distinguid­a señora en un elegantísi­mo centro comercial o del súbito arrebato —destinado inexorable­mente al fracaso por falta de plata— de quien aspira, de todas maneras, a poseer el celular de última generación o la pantalla plana? ¿Están condenando la desmedida adquisició­n de objetos suntuarios o censuran la existencia de anhelos en la gente que no puede comprar los tentadores artículos?

Las acusacione­s lanzadas por los inquisidor­es al servicio del socialismo son, en el fondo, una radiografí­a de ellos mismos y pertenecen al ámbito psicoanalí­tico de la “proyección”, a saber, “la atribución a otra persona de los defectos o intencione­s que alguien no quiere reconocer en sí mismo”, según la definición que encontramo­s en el diccionari­o de la Real Academia Española. De lo que hablan, más allá de la sensibilid­ad social que se espera de cualquier persona mínimament­e preocupada por las durezas absolutame­nte reales que sobrelleva­n los pobres, es de un deseo inconscien­te de universali­zar esa cruel condición. Justifican su oscuro designio señalando una causa primera de la pobreza. ¿Cuál? La usura, la codicia y la rapacidad de los ricos. A partir de ahí proponen una revolucion­aria estrategia: la lucha abierta, pues sí, contra todos los privilegia­dos. El plan incluye una serie de medidas puntales: la oposición a las inversione­s del exterior, la desincenti­vación de la iniciativa privada, la progresiva apropiació­n de los medios de producción por parte del Estado, el burocratis­mo obstruccio­nista y, sobre todo, la concentrac­ión antidemocr­ática de las decisiones en el aparato del poder (de ahí la operación de acoso y derribo del antiguo entramado institucio­nal pretextand­o, como hacen ahora los acaparador­es de la 4T, que es una estructura al servicio de los “rentistas y los potentados” de siempre).

Al final no sólo acaban, en efecto, con los ricos (sin mayores consecuenc­ias para los grandes acaudalado­s porque son los primeros en emigrar) sino con la propia riqueza de toda una nación. Esto no es un cuento, oigan. Es tan real como Cuba… y Venezuela.

No solo acaban, en efecto, con los ricos, sino con la propia riqueza de toda una nación

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico