Reportaje México, EU y Japón buscan “predecir” el próximo gran sismo
Científicos de cuatro universidades realizan estudios en la costa guerrerense para conocer la dimensión que pueden alcanzar futuros terremotos en la región; “nos ayudará en la mitigación de desastres”, afirma investigador de la UNAM
Los devastadores sismos que azotaron a Ciudad de México y Oaxaca en septiembre de 2017 mantienen en alerta a científicos de México, Estados Unidos y Japón, quienes desde hace seis años realizan estudios para intentar “predecir” el próximo gran terremoto en la brecha de Guerrero, cuya sacudida puede ser catastrófica para la capital del país.
Saben que en la brecha de Guerrero, donde la Placa de Cocos se sumerge debajo de la norteamericana, se ha acumulado tal cantidad de energía sísmica que puede provocar un sismo de magnitud mayor a 8.2; por ello, a bordo del buque Langseth de la Fundación Nacional de Ciencias de Estados Unidos, realizarán en marzo próximo investigaciones con tecnología de alta precisión en la costa del estado sureño para “predecir” los escenarios de futuros terremotos y mitigar el desastre.
“Este trabajo complementa un gran esfuerzo de investigación de seis años en la parte oceánica de Guerrero con el fin de evaluar el potencial sísmico de esa región, donde sabemos que hay una brecha sísmica (ahí no se ha presentado un gran terremoto desde 1912) que puede significar una amenaza, probablemente sin precedente, no solo a lo largo de la costa, sino también en la capital del país”, destacó Víctor Manuel Cruz Atienza, investigador del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México.
En entrevista con MILENIO, el doctor en sismología por la Universidad de Niza Sophia-Antipolis, de Francia, explicó que la reciente exploración geofísica en la que participa la UNAM es encabezada por investigadores del Observatorio de la Tierra Lamont-Doherty (LDEO, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Columbia, en colaboración con sus pares de Texas y del Norte de Arizona, además de la Universidad de Kioto.
“Pretendemos únicamente obtener imágenes de subsuelo a una profundidad de 10 o 15 kilómetros por debajo del lecho marino para poder conocer la geometría de los estratos geológicos y notablemente la de ese contacto de placas tectónicas, que es donde ocurren los grandes terremotos”, indicó.
Cruz Atienza explicó que estas radiografías “nos ayudarán a comprender mejor por qué ha transcurrido tanto tiempo desde el último terremoto en esa zona y eventualmente poder cuantificar escenarios razonables de futuros terremotos para la mitigación de desastres, que es a lo que nos hemos abocado los últimos años”.
Para ello, realizarán pruebas que consisten en provocar sismos de magnitud 1 y 2, aproximadamente, con cañones de aire entre la bahía de Acapulco y la playa Papanoa.
“Son señales muy pequeñas en realidad, en comparación con los sismos que ocurren todos los días en México. La diferencia es que es un cañón de aire que emite una burbuja súbitamente por el buque, y esa burbuja emite una onda sonora que se propaga hasta el fondo del mar y penetra la tierra (...). Todo lo que se ha hecho en el Golfo de México para las exploraciones en aguas profundas es 10 mil veces más denso y abundante que lo que vamos a hacer aquí, que son cuatro líneas de sensores”.
El sismólogo mexicano dejó claro que predecir la ocurrencia de un terremoto no es posible, “pero sí podemos al menos tener una idea mucho más clara de la dimensión que pueden tener futuros terremotos, que sin duda seguirán ocurriendo, y esa información es vital para poder estimar el peligro sísmico”, de ahí la importancia de esta exploración oceánica que cuenta con el aval del Instituto de Geofísica y autoridades del país, como la Secretaría de Relaciones Exteriores
Daños colaterales
El pasado miércoles, el Centro para la Diversidad Biológica alertó que en la solicitud de autorización que la Universidad de Columbia presentó ante el gobierno de Estados Unidos afirman que 30 especies de mamíferos marinos pueden ser afectados por las ondas sonoras provocadas por las pruebas sísmicas.
“Se sabe que las pruebas sísmicas producen ciertas frecuencias que pueden afectar a este tipo de organismos y los mismos centros de investigación lo están aceptando. Todos los mamíferos marinos de México que están en alguna categoría de riesgo están protegidos, estamos hablando de cachalotes, de la ballena azul, la ballena jorobada, muchas especies de delfines las que se pueden distribuir por esa zona y que pueden ser afectados”, señaló Alejandro Olivera, representante en México del Centro para la Diversidad Biológica.
Sin embargo, Cruz Atienza afirma que no se afectará a ninguna especie y que el documento presentado ante el gobierno de EU es parte del protocolo.
“No hay amenaza alguna para ninguno de estos mamíferos, que a mí y a todos nosotros nos importan por encima de todo. No haríamos nada que pudiera perjudicar a la fauna”.
Temblor en Oaxaca
Durante la tarde se registró un movimiento de magnitud 5.4 con origen a 43 kilómetros del sureste, en la localidad Crucecita, Oaxaca, reportó el Servicio Sismológico Nacional.
De acuerdo con usuarios de redes sociales, el temblor se sintió no solo en Oaxaca, sino también en Puebla y CdMx, aunque con una percepción mucho más leve.
El titular de la Coordinación Estatal de Protección Civil de Oaxaca, Óscar Valencia, informó segundos._ que se activó un protocolo de revisión de la infraestructura física para establecer si se reportó algún daño por el temblor, que tuvo unaduracióndealrededordesiete
El equipo llevará a cabo pruebas en la bahía de Acapulco y la playa Papanoa, asegurando que no se afecte a la fauna de la zona