Gusanos y tiburones de oído

Esta es la forma en la que llaman a las melodías que odias, pero que por nada del mundo puedes quitarte de la cabeza. Confieso que hace un par de días, cuando Luis Fonsi celebraba la media década de torturarnos o deleitar (ya decida usted) con la canción “Despasito”, pensé que ese es un superpoder del que quisiera estar a salvo.

De esas melodías que nunca se van aunque no estés escuchando nada. Y hoy revisé las noticias y me di cuenta de que todo puede ser peor.

Ahora, no es que no aprecie el rol que esta creación que voy a mencionar ha jugado en la vida de padres y madres que ya no pueden más, pero enterarme que “Baby Shark” se convirtió este fin de semana en el video más repetido en la historia de YouTube, con 10 mil millones de reproducciones para ser exactos … debo decir que perdí un poco de las ganas de levantarme de la cama.

Luego se me metió la canción en la cabeza solo por el hecho de que me contaron algo respecto a ella y salí corriendo a poner el primer podcast, musical o hasta ruidos de algún taladro dental para que me salvaran. Para mala fortuna, no sirvió.

Mucho menos al saber que ya viene la película, que siguen los proyectos para que la melodía sea la base de toda una industria que podría remplazar a Plaza Sésamo y que, bueno, has sido repetida desde su lanzamiento en la plataforma muchas más veces que la cantidad de humanos que caminan sobre la Tierra.

Posiblemente, podríamos añadir a esa cuenta a nuestras mascotas y seguiríamos perdiendo en números (mi perra odia “Baby Shark”, por cierto).

Todo esto para decir que los niños no son el futuro. Son de verdad el presente y están dominando el mundo. Aunque no tengamos ninguno en casa ni en las cercanías.