¿Amazon university?
LEL PAÍS DE NUNCA JABAZ/POBRES a educación superior está en un proceso de disrupción global, acelerado por la pandemia. Como suele suceder en procesos de innovación, quienes están capitalizando las nuevas oportunidades -y preferencias- no son las universidades tradicionales, sino competidores externos. En este caso, los grandes conglomerados tecnológicos. Para estas empresas, el pastel es demasiado jugoso para dejarlo pasar.
En 2021, el mercado global de cursos cortos y “micro-credenciales” en línea generó 315 mil millones de dólares y se espera que para 2028 el mercado alcance el billón de dólares (¡un millón de millones!) (t.ly/RPmd). Solo Coursera y Udemy, por ejemplo, registran alrededor 92 y 35 millones de estudiantes respectivamente. También empresas como LinkedIn, Google, PwC han incursionado en el mercado educativo.
El más reciente competidor es el gigante Amazon, que hace algunos días lanzó su propia plataforma de cursos en línea. No es casualidad. Incluso, se especula que el siguiente gran jugador en la educación online sea ni más ni menos que Netflix.
La OCDE señala que estamos viviendo el mayor crecimiento de la provisión de educación en línea no universitaria jamás registrado, superando por mucho los niveles previos a la pandemia. La razón es que “estos cursos destacan como una forma económica, rápida, y flexible para que las personas mejoren sus habilidades para posicionarse competitivamente en los mercados laborales” (t.ly/GIP4).
Mientras aumentan rápidamente los actores no universitarios que ofrecen educación online, la matrícula universitaria tradicional disminuye o, en el mejor de los casos, se estanca en distintos países del mundo. En EEUU, por ejemplo, de 2019 a 2021, la matrícula total disminuyó en más de un millón de estudiantes. Universidades europeas viven una situación similar.
La tendencia parece irreversible, la micro-credencialización de bajo costo cada vez rivaliza más con la formación tradicional. Esto debe ser una señal de alerta para las instituciones de educación superior a nivel global. También una oportunidad para ser más flexibles y cercanos a las necesidades contemporáneas de todas y todos los ciudadanos. Estamos en un punto de inflexión.
En el mundo la matrícula universitaria tradicional disminuye