Francisco, “rompe silencio”: Nicaragua
Desde el balcón del Palacio Apostólico, con banderas ondeantes de Nicaragua en la Plaza de San Pedro, Francisco Papa “rompió” su silencio reclamado por centenares de voces en Latinoamérica y Europa.
“Sigo de cerca con preocupación y dolor la situación creada en Nicaragua, que involucra a personas e instituciones. Quisiera expresar mi convicción y mi esperanza de que, a través de un diálogo abierto y sincero, aún se puedan encontrar las bases para una convivencia respetuosa y pacífica. Pidamos al Señor, por intercesión de la Purísima, que suscite esta voluntad concreta en el corazón de todos”, dijo en italiano.
Las palabras de Francisco podrían calificarse de tardías y tibias ante las atrocidades del régimen Daniel (Ortega)-Rosario (Murillo), en particular ahora que la dupla se ha ensañado contra la Iglesia católica, poniéndola en el mismo plano de lo que ese régimen hace contra defensores de derechos humanos, medios de comunicación, grupos y personas de oposición política.
Sin embargo, si lo vemos en conjunto, el horno nicaragüense no está para bollos, sobre todo con la dupla Ortega-Murillo que reacciona con más violencia ante cualquier acción que considera oposición. El Papa, en este caso, no quiere ubicarse públicamente en sitio, pues incrementaría el riesgo y provocaría más violencia.
¿Qué ha hecho entonces? Sus palabras, si observamos, fueron cuidadas y cada una tiene un peso específico, que se suman a una operación vaticana tras bambalinas expresadas en un coro de observación y presión internacional. Por referir algo: en lugar de hablar él, los episcopados de América lo han hecho (en la iglesia no se mueve un episcopado sin la venia o instrucción del Vaticano), y el sitio de noticias de la Santa Sede (www.vaticannews.va), como otros sitios informativos católicos, ha dado un seguimiento puntual y casi en tiempo real de lo que sucede en Nicaragua.
El mexicano Rodrigo Guerra López, secretario del Pontificio Consejo para América Latina, lo recordó la semana pasada: “La Santa Sede, principalmente trabaja en la diplomacia discreta” […] “Un silencio papal no significa inactividad o falta de decisión, no, nada de eso; significa que se están trabajando en otros planos” (ver: https://bit. ly/3PGCCUW).
Si Francisco, después ahora habló, entonces es previsible que la maquinaria sobre Nicaragua entre en aceleración. ¿Y el Gobierno de México? Es una pieza clave. Su posición y silencio históricamente ha condenado o rescatado a pueblos y naciones de Latinoamérica.
Las palabras de Francisco podrían calificarse de tardías