El AICM y la transparencia “terrorista”
En agosto, el presidente Andrés Manuel López Obrador le dijo a todo México que el AICM, al menos la terminal 2, podría ¡derrumbarse!:
“Lo que tenemos que resolver es cómo evitamosquesederrumbeyquehayadesgracias, una posibilidad es que se hiciera denuevo,porquesíhayunafallaestructural grave. Hay hundimientos diferenciados”, dijo en una conferencia mañanera.
Me parecía extraño que nadie lo hubiera alertado antes. Al menos para saber que viajar desde ahí es bajo nuestro propio riesgo.
Tras el sismo del 19 de septiembre de 2017,elaeropuertomandóahacerundictamen de sus condiciones estructurales. Pagó9millonesdepesosalaempresaProfesionalesdeArquitecturaDiseñoyConstrucción. Los trabajos se realizaron entre el 2 de octubre y el 31 de diciembre de ese año,peronuncaserevelaronloshallazgos.
Creí que sería sencillo obtener una copiadeldictamenparaconfirmar“lacatástrofe” de la que habló el presidente López Obrador. Un ex vocero, de cuando elaboraron el dictamen, me sugirió pedirlo a la actual administración, misma que me mandó por un tubo y me pidió solicitarlo vía transparencia y así lo hice.
Me topé con que lo que se derrumba es la transparencia del AICM ante la posibilidad de un ataque terrorista por proporcionar la información. El dictamen, que estaba arrumbado y nadie pensó en enviárselo al Presidente antes de escandalizar al país sobre las condiciones estructurales del aeropuerto, está reservado por cinco años.
El motivo de la reserva es que contiene información que “podría ser utilizada para potenciar una amenaza contra la aviación en este aeropuerto y cometer actos terroristas o atentados contra las personas que utilizan el aeropuerto, así como actos tendientes a destruir la infraestructura de carácter estratégico para la provisión del servicio público de transporte vía aérea (…) asimismo se pondría en peligro la vida de los usuarios y empleados”.
Ensurespuesta,elAICMomitelaposibilidad de que esos usuarios y empleados ya estén poniendo en riesgo su vida porque,segúnelPresidente,eledificiopodría derrumbarseyalmenosdeberíansaberlo o tener certeza de que eso no va a ocurrir.
Sin embargo, al aeropuerto le parece que la divulgación de la información sobre su estructura supone un riesgo mayor que el interés público porque “podría ser aprovechada por los grupos del crimen organizado”.
La reserva del dictamen debería concluir en diciembre que se cumplan cinco años de haber sido entregado y, aunque seguir usando la terminal 2 sea un volado, el AICM nos protege con la jalada de que la transparencia provoque un ataque terrorista.