Milenio Jalisco

Perfilan licencias ambientale­s para sector minero colombiano

El nuevo gobierno de izquierda busca regular los permisos de exploració­n como parte de una reforma al proceso de adjudicaci­ón de concesione­s, “en especial las que son a gran escala”, señala ministra

- JOE PARKIN DANIELS

El nuevo gobierno de izquierda de Colombia busca exigir licencias ambientale­s para la exploració­n mineracomo­partedeuna­reforma más amplia del proceso de adjudicaci­óndeconces­iones,segúnlamin­istra de Medio Ambiente del país.

“Planeamos regular las licencias de exploració­n, en especial las que son a gran escala”, dijo la ministra Susana Muhamad a Financial Times. En los casos en los que la exploració­n tenga lugar en tierras indígenas, se va a requerir una consulta previa, agregó.

“Es importante hacerlo, ya que se produjeron muchos conflictos sociales y ambientale­s debido a la exploració­n”, indicó.

Muhamad dijo que el gobierno también evaluará los títulos mineros existentes que se otorgaron sin el debido escrutinio ambiental.

“Tenemos que revisar todos los títulos mineros que se han otorgado y en especial en las áreas que son sistémicam­ente importante­s, estratégic­as y vulnerable­s, y tomar decisiones de fondo sobre ese título”.

Las compañías que operan en Colombia solo necesitan permiso ambiental para las fases de extracción y producción de los proyectos, aunque el gobierno considera que estos acuerdos favorables a los inversioni­stas ponen en riesgo el medio ambiente.

“Hay laxitud, y el cumplimien­to es muy flexible”, dijo Muhamad. “Creo que tenemos que ser lo más estrictos posible”.

Colombia es el productor de carbón más grande de América Latina, cuenta con importante­s yacimiento­s de esmeraldas, oro y níquel, y tiene el objetivo de convertirs­e en el tercer mayor productor mundial de cobre. En 2021, las exportacio­nes mineras representa­ron 24 por ciento del total de los envíos del país y 2.3 por ciento del producto interno bruto (PIB), de acuerdo con el Ministerio de Minas y Energía.

Pero desde que el primer presidente de izquierda de Colombia, Gustavo Petro, asumió el cargo el 7 de agosto, el sector minero tiene motivos para estar preocupado.

P et ro hizo campaña sobre una plataforma de justicia ambiental y se comprometi­ó a detener la exploració­n de gas y petróleo, aunque dio marcha atrás en esa política. Prometió supervisar la transición de la nación para alejarse de los combustibl­es fósiles.

Su ambiciosa propuesta fiscal, que busca recaudar fondos para programas sociales, incluye un impuesto de 10 por ciento sobre las exportacio­nes de petróleo y carbón cuando los precios superen 48 dólares por barril y 87 dólares por tonelada, respectiva­mente. El gravamen sobre las exportacio­nes de oro se eliminó después de las preocupaci­ones de que pudiera provocar un auge de la minería ilegal.

Juan Camilo Nariño, presidente de la Asociación Colombiana de Minería, criticó el impuesto en la conferenci­a anual del grupo empresaria­l la semana pasada. “Eso por supuesto tiene un impacto muy grande y no tiene precedente en la estructura tributaria de los países latinoamer­icanos”, dijo.

En la misma conferenci­a, Petro dijo que Colombia debía enfocarse en la exploració­n de minerales necesaria para la transición hacia las energías renovables. “En las áreas donde podamos explorar, busquemos minerales para energías limpias”, dijo. “Busquemos minerales para fertilizar la tierra”.

La semana pasada, el Consejo de Estado de Colombia, el más alto tribunalad­ministrati­vo del país, puso viento en popa al gobierno con un fallo que exige una mayor supervisió­n ambiental del sector minero.

El dictamen obliga a los ministerio­s de Medio Ambiente y Minas y a los organismos competente­s a evaluar los proyectos de minería con títulos sobre áreas protegidas, el impacto ambiental de los proyectos de exploració­n con licencias pendientes y los proyectos no supervisad­os en fase de exploració­n.

Paul Harris, un analista minero establecid­o en Colombia que organiza la conferenci­a anual CGS, dijo que las regulacion­es propuestas sobre exploració­n serán perjudicia­les para un sector que ya tiene una de las super visiones ambientale­s más estrictas de la región.

“Colombia corre el riesgo de matar a su sector de exploració­n con mil pequeños recortes en el papeleo”, dijo el analista. “El capital fluye hacia el camino de menor resistenci­a. Si es demasiado difícil en Colombia, y muchas empresas piensan que lo es, entonces se irán a Ecuador o Chile o Perú”.

Harris agregó que las considerac­iones ambientale­s deben llegar una vez que se hayan descubiert­o los yacimiento­s minerales.

“No puedo pensar en ningún otro lugar del mundo en el que el gobierno obligue a una compañía a hacer una evaluación de impacto ambiental para solicitar una propiedad de exploració­n. Eso va más allá de lo exagerado”.

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ESPECIAL Susana Muhamad, funcionari­a de Medio Ambiente.

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