Eduardo Llerenas
uchachón! En nuestros encuentros, la palabra, muestra de confianza y afecto, iba invariablemente acompañada de un caluroso apretón de manos, seguido de un abrazo. En el trato de Eduardo Llerenas no hubo un momento en el que se mostrara petulante sobre sus logros como investigador, productor y editor de discos de música tradicional durante más de medio siglo, gran parte de ellos compartidos con su mujer, Mary Farquharson en Discos Corasón, que recientemente celebró 30 años. Eduardo murió hace unos días y, aunque uno no se acostumbra a que nos falte su bonhomía, al repasar su obra advertimos cuanto nos enriqueció con las producciones discográficas de músicas de diversas culturas.
Muchos fueron los momentos compartidos con él y con los artistas que forman parte de la familia que lleva Corasón por apellido. En conferencias de prensa, entrevistas, comidas, brindis y conciertos siempre privaba una sensación de hermandad y complicidad, al grado que quienes asistíamos nos sentíamos copartícipes de los proyectos de Eduardo y su mujer.
Nuestra amistad se inició en 1994, año de lanzamiento del disco Sones jarochos de La Negra Graciana, y se enriqueció con cada proyecto que siempre constituía una sorpresa, como los álbumes de Los Camperos de Valles, Juan Reynoso, Los Tres Amuzgos, Antioco Garibay, Fidela Peláez o Las Hermanas García, si hablamos de músicos mexicanos. Pero también nos compartió el sabor de la música cubana a través de Armando Garzón, Los Jubilados, Las Perlas del Son o el Septeto Habanero, por no hablar de artistas de otros países.
Especial afecto pudimos entablar con los músicos de Buena Vista Social Club, proyecto del que discos Corasón tuvo la distribución exclusiva en México, además de organizar sus giras y editar también sus proyectos solistas. Lo mismo sucedió con Chavela Vargas, quien gracias a Eduardo y Mary nos recibía en su casa de Tepoztlán para regalarnos sabrosas anécdotas y una que otra canción del que sería su último disco acompañada por Los Macorinos.
Apenas en abril, con motivo de la celebración de tres décadas de Discos Corasón, Eduardo Llerenas reflexionaba sobre el orgullo de “haber logrado presentar estas músicas sensacionales de México y otros países a las que
normalmente no se les da tanta atención (y que además lo seguimos haciendo). Eso ha sido muy satisfactorio, porque sin hacer concesiones hemos contagiado a mucha gente el gusto por escuchar lo mismo que nos apasiona”.
Gracias, muchachón, por contagiarnos ese gusto y hacernos recordar que, en un mundo regido por el mercado, todavía hay música con valores espirituales que son los que te arropan allá donde te encuentres.