Vías de agua en el PSOE
Cuando un político dice «nunca» quiere decir «por el momento», no tenemos más que fijarnos en la división que empieza a cuartear el PSOE. Hay metáforas sobradas para explicarlo: las ratas ante el barrunto de naufragio que son las primeras vías de agua, etc. Los menos empecinados entre los socialistas empiezan a percibir señales de peligro en el comportamiento de un líder que consideraban infalible y cuyas melonadas y falacias habían repetido hasta la saciedad. Vaya como ejemplo Isabel
Rodríguez, flor municipal criada en los páramos de Puertollano, que ayer arremetía en su rueda de prensa tras el Consejo de Ministros contra su paisano Emiliano García-Page.
El presidente castellano-manchego se nos había aparecido aquí, en entrevista con Jorge Bustos y en la que apuntó algunas ideas no disparatadas: La reivindicación de una política de Estado que trasciende una legislatura e incluso una generación y que ha de ser pactada entre los dos grandes partidos «que apuestan por la estabilidad constitucional». Esto, evidentemente es mucho decir, incluso para Page en vista de lo alborotado que anda su partido. Otro gran motivo de escarnio es la reivindicación que hace de Alberto Núñez Feijóo, de quien tiene buen concepto político y personal, según contaba al entrevistador. El presidente del PP que había sido colocado por Pedro Sánchez entre el Escila de la insolvencia y el Caribdis de la mala fe. Lo repitió al menos una docena de veces y la portavoz se lo aprendió. Emiliano no concibe esa razón con argumentos que se caen por la ley de la gravedad, o como decía un sargento de mi servicio militar, por su propio peso. ¿Cómo puede llamarse insolvente a un tío que ha ganado cuatro veces