“La justicia se ha convertido en un bien costoso”
Los herederos retrata a una juventud que aprende a saciar sus delirios de autoridad
Un grupo de adolescentes pasa las vacaciones en alcohol, chicas, fiestas y cualquier aventura que brinde un poco de adrenalina. Mientras recurren a la violencia para entretenerse y saciar sus delirios de autoridad, la impunidad será un elemento del que, cada vez con más frecuencia, irán echando mano. Motivado por las preguntas ¿quiénes y cómo son nuestros futuros gobernantes?, Jorge Hernández Aldana filmó Los herederos.
Su película no es precisamente optimista sobre la juventud y los valores con que está creciendo.
Quería hacer un retrato fidedigno de quiénes somos. Necesitamos pensar quiénes y cómo son nuestros futuros políticos. Si bien el panorama no es muy favorable, podemos ser optimistas mientras los artistas promovamos discusiones sobre lo que sucederá mañana. Mientras estemos al tanto de que la violencia y la corrupción se están asentando en los valores familiares y de que la doble moral es algo común en nuestra realidad, podremos salir adelante.
¿Nos falta cuestionarnos más como sociedad y trascender la esfera de la pura denuncia?
Quería mostrar a un chavo que en la adolescencia tiene sus primeros contactos con la impunidad, la corrupción y la violencia. Los jóvenes saben reconocer entre lo que está bien y lo que no, pero a los adultos nos toca reflexionar sobre la forma en que los guiamos. Es muy fácil señalar a los estratos bajos para justificar actividades criminales. Yo quería retratar a una familia acomodada, con posibilidades de ofrecer un futuro brillante y que aún así promueve buena parte del problema.
Michel Franco, productor de su película, y usted mismo, han puesto la mira en cuestionar la impunidad cotidiana con que se mueven las clases altas.
La doble moral está muy arraigada. Para muchos chavos es normal pasarse un alto o pagarle a alguien para que agilice un trámite. Vivimos en una sociedad donde la justicia se ha convertido en un bien costoso más que en un derecho. Por eso es vital que reflexionemos sobre nosotros mismos.
Por otra parte, Los herederos combina el cuestionamiento social con una alusión a la falsa inocencia entre los jóvenes.
Tienes razón. Los adultos subestimamos a los adolescentes, quienes saben más de lo que queremos aceptar. El silencio es muy cómodo, pretender que no sucede nada es la salida fácil. Las historias que vemos en la película son producto de un proceso de investigación. Hice un casting amplio, recorrí escuelas de gente fresa y algunos de sus episodios cotidianos son aterradores. Los muestro tal como son en la pantalla. Convoqué a actores no profesionales para involucrar sus propias experiencias en una película donde se mezclan la ficción y el documental. Improvisamos día con día, escena con escena, en aras de contar el mundo real.
¿No tenía un guión?
Había un guión, pero a la hora de construir la película descubrimos que los chavos eran la mayor fuente de información para encontrar una verdad importante. Seguimos un método bastante arriesgado y poco convencional. Nunca conocieron el guión. Vieron la película hasta su estreno. Su trabajo consistía en reaccionar a la escena del día.
¿Qué posibilidades le brindó trabajar de esta manera?
Verdad y frescura. Descubrí a los verdaderos actores que hay en estos adolescentes talentosos. Al final, la película no cabe en un molde y creo que esa es una virtud. Durante los primeros minutos parece que estamos ante una comedia, pero los giros te llevan a otro género.