Episteme
En días recientes la Dirección de Danza de la UNAM publicó, luego de varias semanas de retraso, la convocatoria para participar en el concurso de selección para ocupar el cargo de Director artístico del Taller Coreográfico.
A decir de la convocatoria, se busca mejorar el funcionamiento del TCUNAM y hacer de la elección de su director artístico un proceso “más abierto.” Los lineamientos presentados no parecen garantizar tales finalidades, sin embargo, valdrá la pena observar dicho proceso y evaluar los beneficios que para las compañías de danza en México puedan o no abonar en su gestión.
El punto 2 de los lineamientos de la convocatoria establece que los candidatos “deberán tener un conocimiento suficiente de la obra de la maestra Gloria Contreras, así como del significado del Taller Coreográfico de la Universidad”. ¿Bajo qué criterio se determina la suficiencia? ¿Y cómo evaluar el significado que cada postulante pueda entender sobre la obra de Contreras? Esta indeterminación puede resultar en una exclusión de quienes no cumplan con la “suficiencia”, o bien la asignación de cualquier postulante cuyo planteamiento reconozca la importancia de la obra sin mayor reflexión respecto del proyecto integral que requiere la dirección artística de una compañía.
Desde el punto de vista de muchos quienes, desde distintas áreas, se dedican a la danza, un proyecto de dirección debiera exponer y analizar, desde una perspectiva crítica, una epistemología de la danza y un plan de trabajo que responda a dicha reflexión fundamentada y pensada más allá de conceptos ambiguos o indeterminados.
Un proyecto directivo no puede ni debe circunscribirse a incluir frecuentemente “repertorio histórico”, sino a recoger puntualmente los aspectos fundamentales que dieron origen y rumbo a la compañía para proponer continuidad de lo que crítica y analíticamente beneficia conservar, lo que no funciona u obstaculiza, y de lo que es necesario sumar para construir y desarrollar una visión de la danza, clara y concreta, que defina la naturaleza de la compañía, más aún, de una compañía universitaria.
El Taller Coreográfico y la UNAM se enfrentan a un nuevo reto: fincar un modo de operar en las compañías de danza, que responda a un pensamiento crítico y reflexivo y que se oponga a criterios superfluos y frívolos.