Alienación artística
El museo contemporáneo es el refugio sectario para exhibiciones de banalidades politizadas, el proselitismo y las profecías oportunistas. El MUAC, recinto universitario supuestamente autónomo, es utilizado como tribuna del fanatismo ideológico al que se someten los artistas VIP. La exposición del colectivo Chto Delat, nos dicen que “propaga modelos de auto–educación activista que reconectan la acción política, el pensamiento comprometido y la innovación artística”, es un himno a la alienación descarada sin valor estético. El arte contemporáneo VIP tiene entre sus fundamentos el ataque al Movimiento Muralista por sus implicaciones sociales y ahora empapelan las paredes de los museos con recortes de periódicos, fotografías fuera de foco, artesanía revolucionaria, una muestra que no ofrece una sola manifestación de “innovación artística” porque desde hace décadas hacer videos de mala calidad y montar performances con nivel de escuela secundaria ha sido disfraz de la manipulación ideológica. ¿Qué sigue después de esto, exposiciones para que los Testigos de Jehovah recluten prosélitos? Si los museos universitarios van a dedicarse abiertamente a divulgar propaganda tendrían que ser imparciales y abrir el espacio a los partidos políticos, las asociaciones religiosas, Provida y las sectas. Los artistas VIP, curadores y académicos engrosan la masa alienada y ese sojuzgamiento se denomina como “arte” para captar adeptos, es tan burdo que nada más les falta, como los partidos políticos en campaña, repartir gorras, regalos y folletos. Las secciones de la exposición están acompañadas de cédulas al estilo de hojas parroquiales con discursos académico– panfletarios, las obras “zapatistas” son artesanía revolucionaria de factura comercial al nivel de souvenires para turistas de los que venden en los aeropuertos, evidentes imposturas intelectuales dedicadas a la asimilación ideológica carente de proyecto artístico. Las obras de David, el arte religioso, el constructivismo ruso, permanecen como arte que superó a las ideas que esgrimieron. Las manifestaciones de esta exposición son inherentes a su función alienista, sin esto son menos que nada, basura demagógica que se desecha al finalizar la campaña política. El poder siempre ha comprado artistas y escritores como voceros de su propaganda, son de fácil acceso, baratos y dispuestos, lo podemos ver en esta exposición, en la que el entreguismo y la enajenación es la “obra de arte” de la mediocridad tutelada por la ideología.