“Los campesinos no son objeto de caridad”
Alberto Cortés
El maíz en tiempos de guerra documenta la lucha de los pueblos indígenas contra el avance de los transgénicos
¿Qué hace del maíz un alimento vinculado con la identidad nacional? El realizador Alberto Cortés se aproximó a cuatro comunidades indígenas y rurales para documentar el ciclo de producción de la planta y el peligro que enfrenta ante los transgénicos. Resultado de su investigación es el filme El maíz en tiempos de guerra.
El maíz en tiempos de guerra se desprende de su filme anterior Corazón del tiempo.
Hay algunos vasos comunicantes aunque ahora me centré en el proceso del maíz. Por supuesto, hablo de campesinos, algunos son zapatistas pero no todos. En esta ocasión hice a un lado la ficción porque consideré que el documental era el género idóneo para vincularlo con su problemática.
La película plantea un problema que en las ciudades parecemos ignorar.
Elegimos el título porque nos permite tocar varios puntos, entre ellos la guerra contra el narcotráfico y la guerra transgénica, vinculada con la forma de alimentarnos, sin perder de vista que en México el maíz es muy importante porque es parte de nuestra identidad.
¿Por qué seleccionó cuatro regiones para hablar del tema?
En principio, quería tener los cuatro puntos cardinales, pero al final nos adaptamos a nuestras posibilidades y contactos. Llegamos con los huicholes, por medio de Eutimio, un personaje interesante y con una militancia muy fuerte en la red de defensa del maíz. Teníamos también a un campesino conocido en Tlahuitoltepec, a quien le propusimos que nos dejara seguirlo durante el proceso del maíz. Los dos restantes son chiapanecos y los contactamos después de una búsqueda ardua. Uno de los objetivos de la película es mostrar la vida campesina e indígena.
Varios de los testimonios reparan en la importancia de la tierra como símbolo de identidad.
Es que así es. En esos pueblos, incluyendo a los zapatistas, cuando alguien recupera un pedazo de tierra lo primero que hace es sembrar maíz: es una manera de hacerla suya. Algo importante de la película es que muestra la belleza de estas culturas. Respeté sus idiomas porque es una forma de trascender y hablar de cuestiones tan importantes como la resistencia al olvido. Si a alguien le tenemos que agradecer el freno a la entrada del transgénico es a los campesinos indígenas.
¿En qué términos planteó la relación con los campesinos para no vulnerar su dignidad?
Siempre dejé claro que nuestra relación sería de colaboración. Quería que nos contaran sobre lo que saben del maíz, terreno dentro del cual son sabios.
¿Por eso el tono costumbrista?
Es una forma de respeto. La cámara está a su servicio. Es importante destacar el entorno de limpieza y respeto a su comunidad. No son sujetos de caridad como muchas veces se nos hace ver.
¿Sigue predominando el cliché hacia estas comunidades?
No hablaría de cliché, sino de racismo. Se desprecia su cultura, predomina el desconocimiento.
Algunos de los campesinos entrevistados exponen que se rigen por el sistema de usos y costumbres.
Son pueblos que experimentan alternativas ante el desastre que vivimos como país. El autogobierno es una posibilidad real para estas comunidades.