Odiosas comparaciones
El lugar común y la buena conciencia afirman que las comparaciones son odiosas, pero en cuestiones de crítica no lo son y representan el mejor camino para comprender la originalidad de una obra.
Las antologías más leídas y consultadas en los últimos cincuenta años son Poesía en movimiento (1966), encabezada por Octavio Paz, La poesía mexicana del siglo XX (1966) de Carlos Monsiváis, y Ómnibus de poesía mexicana (1971) de Gabriel Zaid. Aunque las dos últimas son insoslayables, la primera descuella y es la referencia para muchos lectores. ¿Por qué Poesía en movimiento sobresale? A botepronto podríamos responder: porque caracteriza con una Idea la modernidad de la poesía mexicana del siglo XX y porque plantea una crítica beligerante. La selección de Monsiváis, siendo muy buena, es sociológica, académica y recuerda la de Antonio Castro Leal; y la de Zaid, en su calidad de seductora síntesis personal, carece de una explicación que le permita al lector orientarse.
De las antologías recientes, solo Prístina y última piedra y 359 delicados (con filtro) intentan una argumentación sugestiva. Sin embargo, tanto una como otra están marcadas por el complejo onanista de mirarse al ombligo en una corta visión generacional y no discuten con las antologías anteriores ni con las contemporáneas. Hacen oídos sordos. Prístina… dogmatiza sobre la noción de cambio, pero la traiciona en la propia selección. 359… tiene la virtud de proponer un nuevo concepto para explicar a la generación del cincuenta —la idea del Sudd— y lo hace con generosidad. Solo la insidia puede hallar falta de valor en la propuesta. El defecto de 359… es olvidar otras opiniones (las antologías canónicas y las de Evodio Escalante, José María Espinasa, Eduardo Milán, Marco Antonio Campos, Rogelio Guedea, Margarito Cuellar). 359… crea, sin quererlo, una falsa soledad para no discutir.
Antología esencial de la poesía mexicana, de Juan Domingo Argüelles, oscila entre Poesía mexicana de Francisco Montes de Oca y Ómnibus de poesía… de Gabriel Zaid. En realidad, Argüelles sigue a este último privilegiando al poema. Aunque su prólogo es más largo que el de Ómnibus…, no reflexiona y deja también en manos del lector el sentido del conjunto.
Poesía en movimiento fue una gran aventura por la selección, pero sobre todo por la Idea ofrecida de modo crítico. Abordaba nuestra poesía como parte “de una tradición más vasta” y debatía con ella. El movimiento fue el arma de discusión y el método de selección. Desde este punto de vista sería muy valioso que en la tercera mini antología, que prepara Argüelles, nos dejara ver su Idea. Yo pienso, en concomitancia con Jorge Cuesta, que una universalidad omnívora está en la raíz de nuestra creación o, en otros términos —diría yo—, en una poesía antropófaga que desde dentro, desde aquí, fagocita el más allá de otras literaturas. Ésta es la razón por la que la lírica mexicana ha sincronizado, de manera tan original, tradición y modernidad en sus poemas, traducciones, crítica y edición.