La llamada de la tribu
Alo largo de una obra que va a cumplir sesenta años, Mario Vargas Llosa ha insistido siempre en la moral y el poder como las motivaciones esenciales de la conducta humana. Desde Los jefes (1959) y La ciudad y los perros (1963), sus personajes se mueven en una lucha entre líderes y rebeldes. El factor moral está siempre presente en su concepción de la vida como una pugna.
La llamada de la tribu (Alfaguara, 2018) es un repaso personal y documentado de la obra de siete pensadores: Adam Smith, Ortega y Gasset, Friedrich von Hayek, Karl Popper, Raymond Aron, Isaiah Berlin y Jean–François Revel. Todos ellos fueron, como héroes de novelas, críticos de algún tipo de poder y ofrecieron un fundamento moral y práctico a sus ideas. Rebeldes, solitarios, combativos, responden también a la idea de la literatura como fuego.
Popper es un pensador esencial en la obra de Vargas Llosa. En La sociedad abierta y sus enemigos (1945) su rechazo al “historicismo” (creer, como el marxismo, que hay unas leyes históricas que conducen definitivamente hacia una utopía) es la base del rol que Vargas Llosa da a la libertad individual. Hayek es otro personaje inquietante y hay una anécdota de humor en el encuentro entre ambos.
Aunque elogia el conjunto de su obra, Vargas Llosa es crítico de algunos aspectos de los pensadores. En el caso de Popper, señala la falta de interés del filósofo austriaco en el lenguaje, debido a lo cual su pensamiento complejo no encontrara un adecuado vehículo en sus palabras.
Antes que un conjunto de tesis económicas, el liberalismo aparece como un conjunto de principios. Vargas Llosa lo define como “una actitud ante la vida y ante la sociedad, fundada en la tolerancia y el respeto”. La libertad económica es “una pieza maestra” pero no la única de la doctrina liberal. La cultura es anterior a la economía.
La llamada de la tribu es también un conjunto de relatos personales. Las distracciones de Adam Smith que lo llevaban a perderse es uno de los más amenos. Un episodio notable relata el encuentro de Karl Popper y Wittgenstein en octubre de 1956 en Cambridge. Todos los presentes difieren en sus versiones de aquella trifulca filosófica. Uno de sus momentos estelares es el de Wittgenstein blandiendo un atizador de la chimenea contra su rival.
Estos ocho pensadores, incluido el autor del libro, resistieron toda su vida a “la llamada de la tribu”. El libro dará lugar a algunos debates pero nos muestra toda su vigencia y maestría.