Santo performance
El mesianismo lanza predicciones y acusaciones, posee la superioridad salvadora, enemigo del pragmatismo se envicia en el dogma que profetiza en cada sermón. Nos ama, lo que diga y haga es por nosotros, es un amor que condena, esclaviza y humilla, seguirlo nos purifica. El arte VIP predica desde su delirio de grandeza que todas sus obras tienen una buena intención en la que debemos reflexionar, ellos son salvadores y arregladores del mundo, erigidos en líderes espirituales, habitan en templos llamados museos, sus miles de evangelizadores predican el dogma en universidades, congresos, revistas y ferias de arte. El performance encarna esta obsesión en el cuerpo y sangre de los artistas VIP, el castigo, el dolor, la degradación a la que se someten redime al arte, a los infieles espectadores y a la sociedad, sus actos sadomasoquistas y crueles poseen la verdad en una reflexión que nos guiará en este valle de perdición. Marina Abramovic, Herman Nitsch, los Situacionistas vieneses, y una horda de pastores y pastoras VIP se han crucificado en actos artístico-proselitistas, la histeria del autocastigo conmueve a los críticos de arte, los historiadores y coleccionistas que pagan sus pecados patrocinando esos sacrificios. La secta del arte VIP se extiende en galerías de lujo, exige para su labor becas y diezmos, pide lealtad absoluta, cuestionarlos nos lanzará a un infierno sin premios internacionales. Los enemigos de la fe crecen, legiones de incrédulos desilusionados por las exposiciones y los sermones curatoriales demandan hechos no parábolas. Ante tal emergencia religiosa convocamos a los artistas VIP a que en la próxima Semana Santa tomen un curso intensivo en Iztapalapa, y con disciplina real personifiquen el verbo de sus curadores. Paladines de la verdad, sometan sus carnes y sus teorías al ayuno, a la reclusión, a usar el vestuario, bajo el sol inclemente carguen la cruz de madera de una tonelada, los claven en ella y con ese dolor en el cuerpo, reciten las teorías de Danto y anuncien que todos son artistas. Eso es performance, no sus actos VIP en la limpieza del cubo blanco, con la protección de patrocinadores, mimados por las instituciones y la crítica. Sometan a ese rigor a los becarios del FONCA, en lugar de sus retiros de alcohol y mariguana en hoteles de lujo con sus “asesores”, envíenlos un mes a recibir latigazos y cocteles de vinagre, si de rigor artístico se trata, tienen mucho que aprender en Iztapalapa y va a costarle menos al erario.