Milenio - Laberinto

EL ESTUDIANTE Y LA HUELGA

- —M.E.

En 1999 hubo una huelga en la UNAM que duró todo un año. Había grupos radicales que mantenían cerrada la Universida­d. En mis clases de Filosofía del Lenguaje tengo varios estudiante­s y siempre inicio tratando de motivar sus intuicione­s. En la clase que daba ese año, había un estudiante al que le costaba mucho trabajo y después de dos meses y medio pensé que sería un caso perdido. No sé qué sucedió pero el siguiente trabajo que entregó fue impecable. De hecho, se transformó en uno de mis mejores estudiante­s. Yo vivía feliz y muy orgullosa de él. Al poco tiempo, inició la huelga. Después hubo una votación en el Auditorio Justo Sierra, con todos los miembros de la comunidad, para ver si salíamos de la huelga. Estaba todo cercado, con barricadas, y quisimos entrar. ¿Quién estaba del otro lado de la reja? Ese estudiante al que le había “caído el veinte”. Nos saludamos y le dije que queríamos entrar. Me dijo: “Va a ser complicado”, pero seguimos conversand­o. El nuestro fue un diálogo de personas, de seres humanos. El respeto, a pesar de la profunda diferencia política, estaba ahí. Al poco tiempo, entró la policía, se tomaron las instalacio­nes, y volví a la Facultad, que estaba en condicione­s tristes, con mucha basura. En el pasillo me topé al estudiante. “¿Cómo estás?”, le pregunté. “Ahora visitando”, me respondió, porque estuvo viviendo ahí. Le dije: “Pues a ponernos a limpiar y a acabar la licenciatu­ra”. Me respondió: “Sí, tenemos que acabar”. En la clase se generó una relación que nos permitió encontrarn­os en momentos difíciles y desde posiciones contrarias, pero siempre con una actitud de respeto. Hubo diálogo y eso fue importante.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico