La edad de los candidatos presidenciales
47 años y 73 días de vida en promedio tienen los presidentes de México el día en que toman posesión
Ahora que nos encontramos en tiempos de elección popular estamos más expuestos que nunca a las estadísticas, las encuestas de opinión y, por supuesto, a las interpretaciones, las mentiras y el engaño en todas sus formas.
De embustes, azares y estadísticas trata mi nuevo libro, El azaroso arte
del engaño (Taurus). Uno de los capítulos del libro se refiere a la edad de los presidentes cuando asumen el cargo. El tema es de actualidad porque las edades de los dos punteros en las encuestas se nos presentan como opuestas en la distribución histórica de las edades.
Un aspecto curioso es que los datos estadísticos que se refieren a la edad de los presidentes al asumir el cargo conforman una distribución acampanada que los matemáticos conocen como curva de Gauss. Es curioso porque una tal distribución se va formando con el pasar de los años. La estadística se incrementa con el aumento en el número de veces que alguien llega a la presidencia. Lo curioso es que los efectos del tiempo: el cambio de modas, el aumento en la esperanza de vida promedio de la gente, la introducción de nuevas leyes, etcétera, no parecen influir tanto como para que la forma de la curva cambie.
Los requisitos para ser presidente de México se establecen en el artículo 82 de la Constitución que fue formalizado en 1917 y era el resultado de modificaciones a proyectos de ley anteriores en que la edad mínima cambiaba. Algunos aspectos de la lista de requisitos fueron alterados. No obstante, la distribución estadística que se sujeta a los nuevos y viejos lineamientos sigue dando una distribución con la forma de campana.
La curva campana tiene su centro en los 47 años y 73 días. Este es el promedio de edad de los presidentes mexicanos al tomar posesión.
Las entradas más a la derecha de la curva representan a los presidentes más vetustos en la historia de México. En este extremo de la distribución se encuentran Victoriano Huerta, que tomó posesión a los 68 años de edad, y José Ignacio Pavón, que lo hizo cuando ya tenía 69 años. Sobre la fecha de nacimiento de Victoriano Huerta hay discrepancia.
Andrés Manuel López Obrador contará 65 años de edad al tomar posesión en caso de ganar y comparte la columna con Adolfo Ruiz Cortines, que tenía 63 años cuando llegó a ser presidente en 1952, y con Juan Álvarez, que tenía 65 años.
En el otro lado de la distribución encontramos a Miguel Miramón, que fue presidente a los 28 años de edad.
Ricardo Anaya tomaría posesión a los 39 en el caso, cada día más remoto, de ganar. De tal manera que el candidato más joven dista 4 años de la edad mínima permitida, mientras que el mayor dista 4 años del presidente que históricamente tiene la marca más alta.
Carlos Salinas de Gortari tenía 40 años de edad al asumir la presidencia y Lázaro Cárdenas 39. Entre los más conocidos en la historia de los presidentes encontramos a Francisco I. Madero, que llegó a la casa de gobierno con 38 años. Si consideramos a Maximiliano de Habsburgo en la estadística, entonces será uno de los más jóvenes porque llegó al Castillo de Chapultepec con 32 años de edad. Antonio López de Santa Anna fue diez veces presidente de México
Los datos conforman una distribución que se conoce como curva de Gauss
y en la primera ocasión contaba 39 años de edad.
López Obrador no sería el de mayor edad en la historia de nuestro país y en la distribución norteamericana estaría más cerca del centro porque nuestros primos del norte tienen, en promedio, más edad cuando llegan al cargo de presidente de la república.
Actualmente, Estados Unidos tiene al presidente más viejo de su historia. Cuando tomó posesión, Donald Trump tenía 70 años y 220 días. Esto movió el promedio de edad a los 55 años y 3 meses en el vecino país del norte.
En Francia, Emmanuel Macron se convirtió en el presidente más joven en la historia reciente de ese país desde la Segunda República, al asumir el cargo a los 39 años 4 meses y 17 días de edad.
En la gráfica que muestra los datos históricos la curva representa el mejor ajuste. Al considerar a uno u otro candidato se puede apreciar que la curva será mejor o peor ajustada en cada caso porque la línea se aleja o se acerca al centro de las barras.
“Uno empieza a ser joven a los sesenta años”, decía Pablo Picasso. Pronunció tal frase ya bien entrada su juventud. Si alguien pensaba que lo más duro de la vida se encuentra entre los 10 y los 60 años de edad, podría equivocarse. Andrés Manuel López Obrador, en caso de ganar la elección, estará recibiendo reclamos cuando tenga 71 años de edad y, por si esto fuera poco, con toda certeza no recibirá pensión presidencial.
Se ha dicho que la longevidad de los presidentes es muy costosa para nuestro país. Si de costos por pensión se trata, uno de los casos más alarmantes es el de Emilio Portes Gil, que fue presidente poco más de un año y por ese interinato recibió pensión durante 48 años.
Doña Amalia Solórzano, esposa del presidente Lázaro Cárdenas, gozó de la pensión presidencial 40 años después de que su marido murió, es decir, 68 años después de dejar la casa de gobierno.
Si tomamos estos costos en consideración quizá lo más conveniente para el erario público sea que los presidentes lleguen con más edad a la presidencia. Desde el punto de vista estadístico y de costos de pensión, un actuario diría que Ricardo Anaya no es la mejor opción. Su esperanza de vida postpresidencial es considerable.