Milenio - Laberinto

Cine de todas partes

- FERNANDO ZAMORA @fernandovz­amora FOTOGRAFÍA SONY PICTURES

El cine belga ha cambiado. Lejos está 1987, año que vio a Dominique Deruddere dirigiendo El amor es un perro infernal, basado en textos de Bukowski. En 1987 Marion Hänsel dirigió Las bodas bárbaras, retrato cruel de la relación madre-hijo. En la década de 1980 Bélgica tenía un cine de emociones inconfesab­les. En 1990 apareciero­n los Dardenne. Se volvieron famosos con Rosetta, historia de una muchachita sin empleo que tenía que mantener a su mamá. Los Dardenne produjeron durante la primera década del siglo XXI dos de las mejores películas del cine mundial: El niño y El hijo. La primera es una historia de perdón con sabor a parábola bíblica. Cuenta el dilema de un joven padre que quiere vender a su niño porque no lo puede mantener. La potencia del cine belga de la década de 1980 se transformó en una suerte de ternura que acusaba con elegancia a la globalizac­ión. El ser humano seguía siendo un animal tierno pero incomprens­ible.

Durante treinta años los cineastas belgas ofrecieron al mundo el más variado claroscuro humano. Pero la globalizac­ión siguió su curso. Y tanto aquí como allá el público siguió exigiendo a su cine que se volviera “comercial”. Se quería que pudiese competir con la frivolidad

hollywoode­nse. Los productore­s y los estímulos, felices. En todas partes prefieren las historias fáciles, como la de Perseguido­s por el destino. Él es un ladrón amable y de buen corazón. Ella es rubia y sensual. Corre autos de carreras. Se enamoran durante una fiesta y esa noche hacen el amor. Cámara recorre de arriba a abajo los cuerpos jóvenes que se besan apasionado­s. En poco tiempo ha quedado claro que el inicio en el que un policía va a detener a un adolescent­e en su casa de campo ha servido solo para atrapar tramposame­nte nuestro interés. El niño que escapa lastimándo­se a través de un alambrado de púas y corre sangrando por la carretera es este ladronzuel­o galán del que sabemos pocas cosas: que es “el fiel” del título en francés y que está dispuesto a enamorarse al grado de no mentirle a su amada ni porque en ello le vaya la vida.

Repleta de lugares comunes, Perseguido­s por el destino responde a la petición del gran público globalizad­o. Por ello produce escenas que hemos visto en cualquier parte: la fiesta en que los amantes se miran, el encuentro incómodo del galán con la familia de la rubia sexi, la escena pretendida­mente cómica en que ella demuestra que también tiene lo suyo y maneja un Porsche a 250 kilómetros por hora en carreteras rurales. Y él, claro, está a punto de escupir el corazón. Es por eso que lo dice: “te amo” y “siempre te seré fiel”.

Del cine belga no queda ni siquiera la pugna entre las etnias. Aquí están los flamencos y los valones. A ellos se han unido ahora los árabes. Todos ellos forman la banda de este hombre que, más que recordar a los clásicos de Hollywood, trae a la memoria una de las películas más baratas del cine mexicano. Perro callejero II, dirigida en 1981 por Gilberto Gazcón, trata exactament­e de lo mismo: de un pobre chico que toda la vida ha sido tratado como un perro (tema recurrente en Perseguido­s por el destino) y que de pronto se enamora. A pesar de su carrera criminal él trata, como todos, de ser feliz. No es casual que esta obra belga se parezca tanto a

_ una película mexicana tan miserable. Esto sucede cuando los productore­s apuestan por un cine de la globalizac­ión. Un cine que busca ser de todas partes y termina por no ser de ninguna.

Durante treinta años los cineastas belgas ofrecieron al mundo el más variado claroscuro humano

 ??  ?? Perseguido­s por el destino. Dirección: Michael R. Roskam. Bélgica, México, 2017.
Perseguido­s por el destino. Dirección: Michael R. Roskam. Bélgica, México, 2017.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico